miércoles, 15 de mayo de 2013

Los taxistas

Los taxistas

Los más de 23.000 taxistas de Madrid integran un interesante mosaico que refleja la composición humana de la ciudad, formada a partir de la confluencia de personas procedentes de los más diversos lugares de España. Es cierto, sin embargo, que pueden encontrarse aún algunos ejemplares de los que podríamos calificar como "taxistas castizos", característicos por su vivacidad e ingenio, muestra viviente de los pocos madrileños de pura cepa que quedan. Estamos convencidos, no obstante, que el espíritu de las ciudades -y Madrid es un caso palpable- es a menudo más fuerte que la suma de procedencias.

Evidentemente, una de las quejas más reiteradas por los taxistas madrileños es la caótica situación del tráfico que se pone de manifiesto con la ocupación progresiva de las calles por los automóviles aparcados en varias filas paralelas. A la complicación que parece inherente a una gran ciudad, ¡Madrid paga a menudo la cuota añadida de ser la capital de!  estado y del prestigio y protagonismo que España ha ido adquiriendo en los últimos años. Se suceden las visitas de los jefes de estado o de gobierno extranjeros, se celebran reuniones de la OTAN, de la Comunidad Europea, de la conferencia de paz entre árabes e israelíes, de la conferencia de seguridad, de los mandatarios iberoamericanos, ¡de! Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Claro está que todas estas reuniones constituyen una ocasión de negocio para el taxi, "Nos quejamos mucho -apunta un taxista habitual de Barajas-, ­pero la verdad es que da vida al taxi. Siempre hay periodistas, empresarios, personal de las comitivas, gente que quiere hacer una escapada y para eso estamos los taxistas".

El taxista madrileño, en general, se mueve muy bien en el medio, ya que no se trata solamente del tráfico o de conocer calles. Es, también, la habilidad de moverse cómodamente por la selva de los recados, de las gestiones administrativas, de las prisas antes de que cierren... Es el arte de conseguir que no le obliguen a sacar el coche de los lugares reservados, de ser amigo de los guardias, de los vigilantes, de los escoltas, de los porteros de los grandes hoteles, además, claro está, de conocer perfectamente dónde se hallan ministerios, bancos, institutos y oficinas comerciales y los organismos más complejos de la administración. Porque, a pesar del estado de las autonomías, un montón de gestiones deben realizarse aún en Madrid. Para estas cosas el taxi es un buen aliado y así lo han entendido numerosos profesionales que han encontrado una fuente de ingresos suplementarios instalando teléfonos portátiles en sus vehículos desde los cuales pueden efectuar llamadas los atareados viajeros.

Pero Madrid es más que una ciudad de ajetreados transeúntes, Además de turistas entendidos en el amplio sentido, confluyen empresarios, políticos, ¡estudiantes, actores, periodistas, gente diversa llegada de “provincias” -por decirlo en e!  vocabulario en uso- que quiere triunfar y que busca un trampolín central. La ciudad dispone 3.000 establecimientos turísticos, de los cuales 143 son hoteles con un total de 84.000 plazas.

El servicio del taxi de! Ayuntamiento de Madrid no dispone, por ahora, de cifras relativas a la importancia que turismo, ferias, convenciones y congresos tienen para el sector, ¡que es relevante si hemos de juzgarlo por e!  hecho de que el Área de Circulación y T

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