sábado, 16 de marzo de 2013

Avanzando Consorcio Regional del Transporte


El gerente del Consorcio, José Manuel Pradillo, explica a Madridiario que los grandes ejes de mejora serán cuatro: más calidad, nueva tecnología, mejora del servicio y la mejora en la gestión y renovación de los vehículos. En primer lugar, las empresas que gestionan el servicio van a tener que implantar un plan de calidad que hará que cobren de acuerdo al servicio que den al usuario. La puntualidad, la limpieza de los coches o el grado de ocupación influirán como indicadores de calidad en la retribución que reciban. "Les daremos un año (2010) para implantar los sistemas de medida. Rodaremos el sistema otro más (2011) para ver el punto del que partimos y a partir de ahí lo aplicaremos", resume.

El siguiente punto, que este digital ya les adelantó, es la tecnología. En dos años, los autobuses informarán al usuario sobre recorrido y la próxima parada mediante imagen y voz (ésta en el interior) y se instalarán cámaras de vigilancia en todos los vehículos de la red nocturna. A la hora de subir, el conductor podrá expender los billetes sencillos para aquellos usuarios que aún no utilicen el nuevo abono transporte sin contacto, cuya implantación también sufragarán las concesionarias. En las paradas más importantes de cada línea -o en aquellas que en las que haya correspondencia con otros recorridos- se instalarán paneles y tecnología que permitirán al usuario saber en directo -o en su teléfono móvil- cuánto tardará en llegar su autobús.

Autobuses con electricidad

Los cambios van a tocar de lleno a los propios vehículos. A 31 de diciembre de 2011, los autobuses con más de 10 años se retirarán del servicio y todos deberán tener rampas y piso bajo para los usuarios con movilidad reducida. Progresivamente, hasta 2014, deberán cumplir cada vez normas más estrictas en cuanto a reducción de emisiones contaminantes. Ya en 2015 se producirá el gran cambio: los autobuses híbridos de combustible fósil y electricidad.
El Consorcio Regional de Transportes ya ha probado varios modelos y está especialmente interesado en aquellos que permiten cambiar la tracción "a voluntad" entre la gasolina o diésel y la eléctrica. "Debido a los intercambiadores, ya hay autobuses que llegan bajo tierra en túnel desde uno o tres kilómetros de distancia. La idea es que al entrar cambien al motor eléctrico (que recupera energía en las frenadas y la utiliza después para mover el coche). Con ello ahorremos en ventilación (que se llevan gran parte del consumo eléctrico de los intercambiadores a fin de extraer los gases nocivos de los tubos de escape), en desgaste de los materiales y en mantenimiento, ya que lo eléctrico es más barato", añade el gerente. "Como mínimo, el híbrido gasta un 30% menos de combustible y por tanto contaminará como poco un 30% menos que los actuales.
 La mejora es indiscutible", concluye.


Cambios en las líneas

Cuando comience esta gran revolución, el Consorcio está decidido a platear una reestructuración de las líneas actuales con el fin de "eliminar progresivamente las prohibiciones de tráfico y primar la explotación conjunta de líneas coincidentes". En definitiva, evitar que un autobús de una concesionaria no pueda coger pasajeros o dejarlos en el recorrido que 'pertenezca' por derechos de explotación a otra, y acabando así con la imposibilidad de que el viajero no pueda subir o bajar cuando quiera. Respecto a los conductores, las empresas deberán dar a sus empleados cursos de conducción en condiciones difíciles (con inclemencias meteorológicas, por ejemplo) e implantar medidas que faciliten la incorporación de la mujer y la contratación de personas con discapacidad.
El plan de modernización, como explica José Manuel Pradillo, es la cuarta pata del nuevo transporte público de Madrid que constituyen los intercambiadores, los carriles Bus-VAO y el esperando Plan de Cercanías. Si todos ellos salen adelante, el transporte colectivo por carretera dará tal "vuelco" y será tan competitivo que dejará de ser, como el Consorcio Regional de Transportes quiere, el hermano pobre del sistema de transportes de Madrid.

Concepción Gutiérrez del Castillo (Jaén, 5 de febrero de 1954), cumple esta semana su primer año como secretaria de Estado de Transportes. El 16 de abril de 2009 se embarcó en el nuevo proyecto de Fomento encabezado por el gallego José Blanco, dentro de una profunda remodelación del Gobierno de España. Con la crisis como telón de fondo, tira de su amplia experiencia política y apuesta por la sostenibilidad como garantía de futuro. Sabe que, en Galicia, Fomento tiene un nombre.

¿Cómo se compagina la actual crisis con la necesidad de tener un transporte de garantías? ¿En qué medida afectarán los recortes económicos al desarrollo de las ciudades en este sentido?.

El sistema de transportes ha sido y seguirá siendo un pilar básico de la economía y del desarrollo social. En estos momentos el reto es que sea uno de los motores para salir de la crisis y para impulsar un modelo de economía sostenible. Tenemos que desarrollar un sistema de transportes bajo en emisiones de carbono, porque ésa es una condición de futuro. Con toda seguridad, una vez superada la crisis crecerá el intercambio de bienes y la necesidad de mayor movilidad, y por tanto de transporte, para los ciudadanos. Para dar respuesta a esa demanda se debe reforzar la interoperabilidad y favorecer un ajuste de los distintos modos, para que en cada caso sea posible optar por el más eficiente y sostenible, y el que provoque menor huella de carbono. Para ello, hemos de apostar por la innovación y las nuevas tecnologías, claves para la calidad de los servicios y su accesibilidad.

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