CONCLUSIÓN FINAL
(Artículo rescatado 1996)
Con un proyecto integral del Taxi en esa Red Básica de Transportes, así como las planificaciones existentes y futuras a desarrollar en el conjunto del Transporte Público (urbano-regular-interurbano), donde de verdad se favorezca la correspondencia total e intermodal de las personas ofreciéndoles la oferta que el usuario precise en cada momento.
Madrid, 29 de septiembre de 1996
(Artículo rescatado 1996)
Durante los últimos años observamos una fuerte
proliferación de una serie de documentos, informes y tesis, en relación a
ciertos criterios y disposiciones que han manejado siempre las administraciones
públicas competentes respecto a toda la estructura del núcleo del sector del
taxi, tanto en su actividad profesional así como en el desarrollo de la
prestación de los servicios sin ir más allá que las contempladas mediante
normativa regulando la licencia a su antojo, para no perder ese poder de
dominio que ejercen como poderes públicos.
Este sector desde sus orígenes y atendiendo a las
transformaciones que ha sufrido a lo largo de su vida motorizada (87 años) y,
su intensa historia que se inicia en el año 1600, siempre ha estado sometido a
una doble fuerza opuesta. Una se encuentra en la que corresponde a su actividad
operativa y la otra, a la fuerte reglamentación para preservar la reserva sobre
los mismos a los Entes locales.
Desde muy temprana edad, el Derecho Administrativo,
han encuadrado al sector dentro de las llamadas reglamentaciones de policía,
con diferentes remisiones a las normas de régimen local y de circulación, para
poder entrelazarse con el criterio de Servicio Público.
Por otro lado, nos encontramos con ciertos nuevos juristas emergentes, de corte más
liberal que, de les inculcan en su adoctrinamiento que, el TAXI, podría ser, un servicio público, pero
que la noción del mismo parece que hoy por hoy, no tienen claro los perfiles de
la misma noción, ni donde encuadrar a esta actividad y a este servicio que a
sabiendas de que son indivisibles en su conjunto, siguen derivando su manejo, haciéndole
entrar en ciertos vacíos legales para
provocar decisiones jurisprudenciales y
demoler el sistema en el que vienen ejerciendo la actividad el sector. Estas
condiciones que pasan desapercibidas por los representantes de las asociaciones
representativas aceptan con su callada como respuesta que el colectivo viajando
sin control alguno, por no defender el sitio, nuestra parcela, nuestro ADN que le
corresponde.
Cualquier norma jurídica, administrativa, política,
incluso económica que acompañan a ciertos intereses, el TAXI, viaja de un lado
a otro, de estar en el norte a pasar al sur, de ser a no ser, de estar y
desaparecer, de ser Servicio Público a ser Servicio al Público, o Servicio del
público, y ahora su nuevo concepto, de ser actividad privada de interés
general, de tener tarifas a ser precios privados, de obtener licencia a
concesión, de concesión a nada, de tener usuarios a pasar a tener clientes, de
servicios a cuotas de mercado, de ser autónomo a ser empresario?.....
Este sector a través de su esfuerzo físico ha dado a
la Ciudad de Madrid muchas satisfacciones y no obstante diferentes presiones
mediáticas, (por todos conocidas) intentan quitar la esencia elemental de la
prestación del servicio y sobre todo devaluar la figura física del taxista como
profesional autónomo. Imperfecciones específicas que se nos atribuye, nos ponen
un legado bastante complicado de quitar, por ello, nunca podemos perder de
vista nuestros objetivos básicos, para reconducir el esfuerzo que día a día hay
que seguir haciendo para demostrar, que somos un Servicio Público por
excelencia.
Las administraciones son particularmente sensibles al
lazo entre la calidad del servicio de Taxi y la imagen de la ciudad y sus
ciudadanos, y cuya repercusión nos pone en primera fila nombrándonos EMBAJADORES,
pero que al más mínimo desliz de algún operador-taxista puede empañarse la
reputación de todo un sector.
Es por ello, otro de los factores a tener en cuenta
por parte de todo el colectivo pues nuestra rentabilidad está relacionada a la
disponibilidad política y a la calidad del servicio que prestamos. Creemos que
llegado este momento ojalá consigamos por méritos y reconocimiento el
Certificado de Garantía ISO 9000 (SYSTEM CERTIFICATION). Y lo razonamos,
porque el Servicio Público de taxi fue
diseño para tener las proporciones adecuadas de funcionamiento en la prestación
del mejor sistema de transporte en cuanto a desplazamientos de personas dentro
de las ciudades.
Porque poseemos excelentes vehículos, amplios,
cómodos, con maravillosas prestaciones, una buena flota, donde se renuevan
anualmente en relación a una media aproximada de 1600 a 1800 vehículos.
Porque la ciudad de Madrid, tiene los mejores taxistas
profesionales, formales, amables, simpáticos, extrovertidos, gentiles, iconos
de referencia tanto del servicio, así como de la ciudad.
Porque en este sector la incorporación y participación
de la mujer en la prestación del servicio, entra a formar parte con las mismas
condiciones que todos los demás, sin discriminación y con las mismas
posibilidades que el hombre.
Y lo más importante una de nuestra razón de ser, que
son los usuarios.
Entonces, ¿por qué cambiar el consolidado sistema
establecido en el transporte urbano?
El objetivo por el que nace el autotaxi, -en
síntesis-, se trata de ofrecer un Servicio Público de Transporte a los
ciudadanos, de calidad y profesionalidad, entendiéndose por el mismo, al
cumplimiento que tiene que ofrecer los Entes Locales, a través de una licencia,
cuya concesión en gestión indirecta debe de fusionarse con el operador-taxista,
ejecutor del servicio encomendado y donde recae sobre el mismo la responsabilidad
integra de atender el interés general.
Nuestra obligación de dar Servicio Público de
Transportes de viajeros en Taxi a todos los ciudadanos, deben de dar respuesta
a las diferentes necesidades de movilidad respecto a las tendencias cambiantes
de nuevas localizaciones residenciales, de trabajo, de servicios, de ocios,
etc., y para ello es preciso adoptar un plan general que contemple el Taxi en
el mismo nivel que los demás modos de transportes, donde las diferentes
administraciones no pueden permanecer al margen y entre las acciones más
importantes sea la de incluir al sector en la incorporación dentro del Transporte
Público, como Servicio Público especifico y de verdad implicándose
en esos procesos de planificación, promoción y potenciación dentro de los
programas de desarrollo cuyos parámetros se definan por ese triple interés
general.
A día de hoy estamos notando, que poco a poco, nuestra
presencia va dejando espacios libres, y no es por la dejadez del propio sector,
sino todo lo contrario, parece que son producidas por causas ajenas, que nos
impiden desarrollar nuestra prestación de servicio en condiciones más óptimas.
Y dónde las representaciones asociativas miran hacia otro lado.
.Por todo
ello, sería necesario dotar a este sector:
Con un proyecto integral del Taxi en esa Red Básica de Transportes, así como las planificaciones existentes y futuras a desarrollar en el conjunto del Transporte Público (urbano-regular-interurbano), donde de verdad se favorezca la correspondencia total e intermodal de las personas ofreciéndoles la oferta que el usuario precise en cada momento.
Prioridad con
relación al vehículo privado, mediante la creación de más carriles Bus-Taxi, se ha demostrado que a través
de este procedimiento incluyendo la prioridad de paso en las
intersecciones, nuestro servicio redunda en la mejora al usuario en el
trayecto-tiempo.
Incrementar y
acondicionar las paradas de Taxi, pues estamos percibiendo una reducción de
las mismas, que nos obligan a estar circulando constantemente.
Instalación de
marquesinas en aquellas paradas expuestas al sol, donde en verano los vehículos
llegan alcanzar altísimas temperaturas.
La señalización de
las placas de situados de Taxis, donde aconsejamos que en la misma se incluya
la prohibición de parada y estacionamiento a los vehículos privados.
La implantación de
medidas específicas en el uso de las infraestructuras y de las vías
públicas, que favorezcan la circulación de los vehículos auto-taxis.
Una posible
coordinación y cooperación con el Consorcio Regional de Transporte.
La incorporación
paulatina de medidas o medios que incrementen la seguridad de los taxistas
y de los usuarios.
Se debe de
promulgar una Ley, pero una Ley del Taxi, competitiva que salvaguarde los intereses
de nuestra actividad, con su desarrollo reglamentario, teniendo en cuenta
el perfil singular, sencillo y especial, tanto para el taxista, así como
para la prestación del servicio, ajustándose a derecho y dando
posibilidades de crear el Consorcio de los servicios del taxi, así como el
Colegio Profesional de Taxistas de la CAM que introduciría módulos formativos y a su
vez correctores, tendentes en la mejora de la calidad profesional para los
futuros operadores-taxistas. Elementos imprescindibles para ocupar de
verdad nuestro sitio en el Sistema Común de Transporte.
Incorporarnos en
la utilización de los futuros carriles exprés, en las entradas y salidas del
núcleo urbano de acuerdo con lo establecido en el segundo libro blanco de
la política común de transportes, la hora de la verdad de cara al 2011
Igualmente, se
deberán de establecer planes de actuación para que nos integren dentro del
Transporte sostenible, energías renovables para contribuir a evitar el
incremento de los gases de efecto invernadero.
Emprender una
acción inversora de los distintos organismos competentes, al entender que
a este sector se han destinado escasas partidas presupuestarias para
fomentar la innovación en el mismo.
Establecer esa
accesibilidad como medida prioritaria en la movilidad de los usuarios y,
sobre todo de las personas de movilidad reducida.
Seguiremos
acogiéndonos al Principio de Subsidiaridad, el mismo está otorgado, por la
Comisión Europea Dirección General VII de Transportes, dentro del marco
actual del desarrollo del derecho comunitario, el cuál corresponde a las
autoridades de cada Estado miembro, adoptar todas las medidas necesarias
que afecten y mejoren al sector del taxi habitual.
La naturaleza aborrece el espacio vacío que se deja,
exista o nos impidan y si los taxis no llenan ese espacio libre, serán otras
modalidades las que se encarguen de llenarlos
Madrid, 29 de septiembre de 1996
Madrid, 29 de septiembre de 1996
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