viernes, 15 de septiembre de 2017

El Laberinto del Taxi 12

CONCLUSIÓN FINAL

 (Artículo rescatado 1996)

Durante los últimos años observamos una fuerte proliferación de una serie de documentos, informes y tesis, en relación a ciertos criterios y disposiciones que han manejado siempre las administraciones públicas competentes respecto a toda la estructura del núcleo del sector del taxi, tanto en su actividad profesional así como en el desarrollo de la prestación de los servicios sin ir más allá que las contempladas mediante normativa regulando la licencia a su antojo, para no perder ese poder de dominio que ejercen como poderes públicos.

Este sector desde sus orígenes y atendiendo a las transformaciones que ha sufrido a lo largo de su vida motorizada (87 años) y, su intensa historia que se inicia en el año 1600, siempre ha estado sometido a una doble fuerza opuesta. Una se encuentra en la que corresponde a su actividad operativa y la otra, a la fuerte reglamentación para preservar la reserva sobre los mismos a los Entes locales.

Desde muy temprana edad, el Derecho Administrativo, han encuadrado al sector dentro de las llamadas reglamentaciones de policía, con diferentes remisiones a las normas de régimen local y de circulación, para poder entrelazarse con el criterio de Servicio Público.

Por otro lado, nos encontramos con ciertos  nuevos juristas emergentes, de corte más liberal que, de les inculcan en su adoctrinamiento que,  el TAXI, podría ser, un servicio público, pero que la noción del mismo parece que hoy por hoy, no tienen claro los perfiles de la misma noción, ni donde encuadrar a esta actividad y a este servicio que a sabiendas de que son indivisibles en su conjunto, siguen derivando su manejo, haciéndole entrar en ciertos  vacíos legales para provocar  decisiones jurisprudenciales y demoler el sistema en el que vienen ejerciendo la actividad el sector. Estas condiciones que pasan desapercibidas por los representantes de las asociaciones representativas aceptan con su callada como respuesta que el colectivo viajando sin control alguno, por no defender el sitio, nuestra parcela, nuestro ADN que le corresponde.

Cualquier norma jurídica, administrativa, política, incluso económica que acompañan a ciertos intereses, el TAXI, viaja de un lado a otro, de estar en el norte a pasar al sur, de ser a no ser, de estar y desaparecer, de ser Servicio Público a ser Servicio al Público, o Servicio del público, y ahora su nuevo concepto, de ser actividad privada de interés general, de tener tarifas a ser precios privados, de obtener licencia a concesión, de concesión a nada, de tener usuarios a pasar a tener clientes, de servicios a cuotas de mercado, de ser autónomo a ser empresario?.....

Este sector a través de su esfuerzo físico ha dado a la Ciudad de Madrid muchas satisfacciones y no obstante diferentes presiones mediáticas, (por todos conocidas) intentan quitar la esencia elemental de la prestación del servicio y sobre todo devaluar la figura física del taxista como profesional autónomo. Imperfecciones específicas que se nos atribuye, nos ponen un legado bastante complicado de quitar, por ello, nunca podemos perder de vista nuestros objetivos básicos, para reconducir el esfuerzo que día a día hay que seguir haciendo para demostrar, que somos un Servicio Público por excelencia.

Las administraciones son particularmente sensibles al lazo entre la calidad del servicio de Taxi y la imagen de la ciudad y sus ciudadanos, y cuya repercusión nos pone en primera fila nombrándonos EMBAJADORES, pero que al más mínimo desliz de algún operador-taxista puede empañarse la reputación de todo un sector.

Es por ello, otro de los factores a tener en cuenta por parte de todo el colectivo pues nuestra rentabilidad está relacionada a la disponibilidad política y a la calidad del servicio que prestamos. Creemos que llegado este momento ojalá consigamos por méritos y reconocimiento el Certificado de Garantía ISO 9000 (SYSTEM CERTIFICATION). Y lo razonamos, porque el Servicio Público de taxi  fue diseño para tener las proporciones adecuadas de funcionamiento en la prestación del mejor sistema de transporte en cuanto a desplazamientos de personas dentro de las ciudades.

Porque poseemos excelentes vehículos, amplios, cómodos, con maravillosas prestaciones, una buena flota, donde se renuevan anualmente en relación a una media aproximada de 1600 a 1800 vehículos.

Porque la ciudad de Madrid, tiene los mejores taxistas profesionales, formales, amables, simpáticos, extrovertidos, gentiles, iconos de referencia tanto del servicio, así como de la ciudad.

Porque en este sector la incorporación y participación de la mujer en la prestación del servicio, entra a formar parte con las mismas condiciones que todos los demás, sin discriminación y con las mismas posibilidades que el hombre.

Y lo más importante una de nuestra razón de ser, que son los usuarios.

Entonces, ¿por qué cambiar el consolidado sistema establecido en el transporte urbano?

El objetivo por el que nace el autotaxi, -en síntesis-, se trata de ofrecer un Servicio Público de Transporte a los ciudadanos, de calidad y profesionalidad, entendiéndose por el mismo, al cumplimiento que tiene que ofrecer los Entes Locales, a través de una licencia, cuya concesión en gestión indirecta debe de fusionarse con el operador-taxista, ejecutor del servicio encomendado y donde recae sobre el mismo la responsabilidad integra de atender el interés general.

Nuestra obligación de dar Servicio Público de Transportes de viajeros en Taxi a todos los ciudadanos, deben de dar respuesta a las diferentes necesidades de movilidad respecto a las tendencias cambiantes de nuevas localizaciones residenciales, de trabajo, de servicios, de ocios, etc., y para ello es preciso adoptar un plan general que contemple el Taxi en el mismo nivel que los demás modos de transportes, donde las diferentes administraciones no pueden permanecer al margen y entre las acciones más importantes sea la de incluir al sector en la incorporación dentro del Transporte Público, como Servicio Público especifico y de verdad implicándose en esos procesos de planificación, promoción y potenciación dentro de los programas de desarrollo cuyos parámetros se definan por ese triple interés general.

A día de hoy estamos notando, que poco a poco, nuestra presencia va dejando espacios libres, y no es por la dejadez del propio sector, sino todo lo contrario, parece que son producidas por causas ajenas, que nos impiden desarrollar nuestra prestación de servicio en condiciones más óptimas. Y dónde las representaciones asociativas miran hacia otro lado.

.Por todo ello, sería necesario dotar a este sector:

Con un proyecto integral del Taxi en esa Red Básica de Transportes, así como las   planificaciones existentes y futuras a desarrollar en el conjunto del Transporte Público (urbano-regular-interurbano), donde de verdad se favorezca la correspondencia total e intermodal de las personas ofreciéndoles la oferta que el usuario precise en cada momento.

Prioridad con relación al vehículo privado, mediante la creación de más carriles    Bus-Taxi, se ha demostrado que a través de este procedimiento incluyendo la prioridad de paso en las intersecciones, nuestro servicio redunda en la mejora al usuario en el trayecto-tiempo.

Incrementar y acondicionar las paradas de Taxi, pues estamos percibiendo una reducción de las mismas, que nos obligan a estar circulando constantemente.

Instalación de marquesinas en aquellas paradas expuestas al sol, donde en verano los vehículos llegan alcanzar altísimas temperaturas.

La señalización de las placas de situados de Taxis, donde aconsejamos que en la misma se incluya la prohibición de parada y estacionamiento a los vehículos privados.

La implantación de medidas específicas en el uso de las infraestructuras y de las vías públicas, que favorezcan la circulación de los vehículos auto-taxis.

Una posible coordinación y cooperación con el Consorcio Regional de Transporte.

La incorporación paulatina de medidas o medios que incrementen la seguridad de los taxistas y de los usuarios.

Se debe de promulgar una Ley, pero una Ley del Taxi, competitiva que salvaguarde los intereses de nuestra actividad, con su desarrollo reglamentario, teniendo en cuenta el perfil singular, sencillo y especial, tanto para el taxista, así como para la prestación del servicio, ajustándose a derecho y dando posibilidades de crear el Consorcio de los servicios del taxi, así como el Colegio Profesional de Taxistas de la CAM que  introduciría módulos formativos y a su vez correctores, tendentes en la mejora de la calidad profesional para los futuros operadores-taxistas. Elementos imprescindibles para ocupar de verdad nuestro sitio en el Sistema Común de Transporte.

Incorporarnos en la utilización de los futuros carriles exprés, en las entradas y salidas del núcleo urbano de acuerdo con lo establecido en el segundo libro blanco de la política común de transportes, la hora de la verdad de cara al 2011

Igualmente, se deberán de establecer planes de actuación para que nos integren dentro del Transporte sostenible, energías renovables para contribuir a evitar el incremento de los gases de efecto invernadero.

Emprender una acción inversora de los distintos organismos competentes, al entender que a este sector se han destinado escasas partidas presupuestarias para fomentar la innovación en el mismo.

Establecer esa accesibilidad como medida prioritaria en la movilidad de los usuarios y, sobre todo de las personas de movilidad reducida.

Seguiremos acogiéndonos al Principio de Subsidiaridad, el mismo está otorgado, por la Comisión Europea Dirección General VII de Transportes, dentro del marco actual del desarrollo del derecho comunitario, el cuál corresponde a las autoridades de cada Estado miembro, adoptar todas las medidas necesarias que afecten y mejoren al sector del taxi habitual.

La naturaleza aborrece el espacio vacío que se deja, exista o nos impidan y si los taxis no llenan ese espacio libre, serán otras modalidades las que se encarguen de llenarlos

 Madrid, 29 de septiembre de 1996











Madrid, 29 de septiembre de 1996

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