viernes, 19 de mayo de 2017

ABRE LOS OJOS

 ABRE LOS OJOS

España como siempre, siguiendo su eterna costumbre de ser un país anclado en el pasado pero con miras envidiosas hacia el futuro que nos marcan los extranjeros.

Somos un país de contrastes y de decisiones tardías y generalmente equivocadas.

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Está de moda el tema del transporte en vehículos ligeros como son los taxis. La tan traída y llevada guerra de los taxistas con las Apps modernas que hemos importado sin mirar para los lados a ver a quien les hacemos daño.

Me gustaría mandar un mensaje a la sociedad que tan orgullosa esgrime sus Smartphone, teléfonos que hasta hace poco eran una quimera y que hoy día se han convertido en ordenadores portátiles. Es más, la mayoría de los que tenemos estos teléfonos no sabemos utilizar ni el diez por ciento de sus funciones, pero esto de las apps …, esto sí que sí. Hemos pasado de, no hace muchos años, de bajar a la calle a buscar una cabina para llamar al trabajo, a tener un teléfono inteligente sin haber sido educados para ello. Solo el consumismo atroz impuesto por los países que quieren que consumamos sus productos.

Hemos pasado de El Día de Todos Los Santos a Hallowen, del puchero de la abuela a comer en Mac Donalds, de las vacaciones en el pueblo, al viaje obligado a Disney Land Paris. ¿Y porque?, por no saber distinguir lo bueno de lo moderno, lo snob está de moda, es como ver a un niño fumando porque quiere ser mayor, así es la sociedad española, una masa sin personalidad que solo se ocupa de mirarse el ombligo y andar caliente mientras ríase la gente.

El taxi, tal y como lo conocemos hoy en día, ha sido quien le ha solucionado los problemas del transporte a la administración estatal y de los municipios. Cuando un ayuntamiento no podía llegar a algún lugar alejado, se concedían licencias para que los taxistas se metieran en los caminos sin asfaltar y fuesen donde al transporte colectivo no podía no era rentable que llegara.

Hemos cubierto, los taxistas, las carencias de la administración durante casi cien años, en los cuales, el estado y los ayuntamientos solo han hecho engordar y aumentar de manera desaforada el número de licencias en este país. Baste un dato, España, con 45 Millones de habitantes, tiene 67000 licencias de taxi. Alemania con 80Millones de habitantes tiene la mitad del número de taxis.

El taxi ha sido quien le ha tapado las vergüenzas del transporte al estado durante un siglo, haciendo los peores servicios y los menos rentables. Toda una vida haciendo el trabajo que la administración no ha querido y ahora somos los malos de la película. Hemos y seguimos trabajando con una regulación muy fuerte que, por cierto, es la garantía, nos guste o no, de la transparencia y de la eficacia de cara al cliente. Tenemos tarifas reguladas, vehículos determinados por los ayuntamientos, color, rotulación, equipamiento, horarios, turnos, descansos, obligatoriedad en la prestación del servicio…, tantas y tantas normas que garantizan el servicio y que nadie las ha protestado.

Pues bien, con una flota de taxis tan sobredimensionada y tan regulada, ahora llegan los yanquis, y los no tanto, y quieren un lugar de privilegio en el transporte de viajeros solo porque vienen a hacer negocio. ¿Qué fue de la vocación, de acompañar a los mayores al médico, de llevarle las bolsas a las señoras, de esperar que entren en el portal a altas horas de la madrugada, de soportar a quien viene con tres copas y te da la noche, de quien no sabe dónde va y tienes que estar un rato averiguándolo, del señor extranjero que busca un taxista en un semáforo para orientarse…? Tantos y tantos casos que se dan en este servicio. Todo esto que describo no es negocio, es vocación y profesionalidad, abnegación a trabajar en algo que te gusta y que te hacer ser quien eres, TAXISTA, profesión muy denostada pero muy socorrida por los mismos que la critican.

El enojo del taxista no es porque vengan empresas de fuera a competir en el mismo sector, el enojo del taxista es contra la administración porque les cambian las leyes a quienes tienen la pasta necesaria para ello. Si el Estado se hubiera implicado en acondicionar en número la flota de taxis de España, y si hubiera adaptado la normativa a los tiempos que corren, no sería necesario, ni lo es, que estos señores vinieran a vernos. Es más fácil para el estado hacer lo que ha hecho que sentarse a solucionar el problema del exceso de número y de norma que tiene el taxi.

El taxi no tiene miedo a competir con nadie porque tiene capacidad para ello, lo que no puede tolerar es que se le dé cancha a nuevos interlocutores por su potencia económica, porque buscan negocio. Negocio que, para quien no lo sepa, tributa allende nuestras fronteras.

Las dos empresas que están en litigio con el taxi declaran todo sus ingresos fuera, en paraísos fiscales, donde el Estado español no ve ni un duro.

Yo les preguntaría a los usuarios en general.

¿Ustedes quieren tener una pensión cuando se jubilen, una sanidad pública, un colegio público, una guardería, carreteras, servicios sociales, asilos para las personas mayores….? Pues usando estas apps consiguen lo contrario, consiguen que todo el dinero que ustedes pagan se vaya fuera del país y no podamos financiar nada de esto.

El taxi cotiza en este país, está regulado y es transparente, con múltiples revisiones tanto locales como estatales, incluso la policía local, aleatoriamente también las hace, taxímetros precintados….eso es contribuir a mantener un país y un tejido industrial para que nuestros hijos y nuestros mayores tengan las prestaciones sociales que se merecen y por las que tanto lucharon mis padres y mis abuelos.

La estructura económico industrial de la vieja Europa se va por el retrete porque ha venido una chica guapa y con la cartera repleta de

dólares para quedarse con un mercado ajeno y del que se llevará los beneficios a su país, y nosotros haciendo el parguela, se lo vamos a consentir. La España de los contrastes.

El taxi, señores, siempre le ha limpiado los mocos a la administración y ahora no solo no nos quieren si no que además, los gobernantes, van a timar de nuevo a la sociedad prometiendo que el yanqui es bueno…, a otro perro con ese hueso, Mr. Marshall ya no existe.

PD: el negocio no es ofertar servicios a cinco euros, algo ilegal en este país porque trabajan por debajo de los costes, se llama competencia desleal. El negocio ya lo han hecho con las autorizaciones, pero este tema para otro artículo.

Abre los ojos.

Te lo dice un malagueño.

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