viernes, 28 de noviembre de 2014

Consulta Pública sobre los nuevos modelos de prestación de servicios

 

COMISIÓN NACIONAL 

DE LOS 

MERCADOS DE LA COMPETENCIA

 

CONSUMO COLABORATIVO

Madrid, 28 de noviembre de 2014

 

Entre las funciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia recogidas en la Ley 3/2013, de 4 de junio, de creación de la CNMC, se encuentra la de promover y realizar estudios y trabajos de investigación en materia de competencia, así como informes generales sobre los distintos sectores económicos. En virtud de esta función, el Pleno de la CNMC ha decidido en su reunión del día 15 de octubre realizar de un estudio sobre los nuevos modelos de prestación de servicios planteados por las tecnologías de la información y, en especial, sobre la llamada economía colaborativa.

¿Por qué la CNMC realiza un estudio de este tipo?

El desarrollo de las tecnologías de la información en el ámbito de la digitalización de la economía, los dispositivos móviles y las nuevas plataformas y aplicaciones han dado lugar durante los últimos años al desarrollo de nuevos modelos de consumo. Buen ejemplo de ello, es el desarrollo del comercio electrónico de bienes y servicios (libros, música, viajes, ropa, etc.), que ha llegado en pocos años a convertirse en algo habitual en el día a día de millones de consumidores.


Un ámbito sobre el que esta irrupción tecnológica está teniendo un fuerte impacto es en la llamada economía colaborativa (o consumo colaborativo). Este modelo de consumo se basa en el intercambio entre particulares de bienes y servicios que permanecían ociosos o infrautilizados; por ejemplo, las plazas libres del coche en un viaje, el domicilio que queda vacío durante las vacaciones, herramientas que se utilizan una o dos veces tras su compra, etc., a cambio de una compensación pactada entre las partes. La disminución de la renta y el crédito disponible entre los consumidores como consecuencia de la crisis económica y un cambio cultural que ha supuesto que “el uso” sea cada vez más preferido que “la propiedad”, también son elementos clave para entender el auge de este modelo. La economía colaborativa cada vez está más presente en la vida cotidiana de los ciudadanos: se estima que esta modalidad de consumo movió en 2013 3.500 millones de dólares durante 2013 a nivel global, lo que supuso un incremento del 25% con respecto al año anterior.

En paralelo al fenómeno de la economía colaborativa, el desarrollo tecnológico ha hecho también posible la aparición de nuevas plataformas profesionales que utilizan las ventajas de Internet para proporcionar a los consumidores servicios más atractivos bajo ciertas circunstancias tales como buscadores, agregadores y comparadores de servicios de consumo, transporte, alimentación, alojamiento, etc.



Es indudable que este aumento en la oferta y la variedad de los productos y servicios representa una oportunidad desde el punto de vista de la competencia y, por tanto, del aumento del bienestar de los consumidores. A todo esto se debe añadir la oportunidad de disponer de más información sobre los productos, contar con menores costes de transacción y efectos medioambientales, elementos positivos derivados de crear una economía basada más en el uso que en la propiedad. Sin embargo, al mismo tiempo, también se plantean múltiples incógnitas sobre cómo adecuar la regulación actual a los efectos que generan estos nuevos modelos económicos. Estas circunstancias hacen aconsejable que las autoridades de competencia analicen el nuevo fenómeno que significa la economía colaborativa.

 

¿Para qué realiza la CNMC un estudio de este tipo?

El propósito último del Estudio es realizar una serie de recomendaciones para que se produzca un desarrollo regulatoriamente eficiente de los nuevos modelos económicos, de forma que se obtenga el máximo provecho de las posibles ventajas para los consumidores, y, al mismo tiempo, se pueda garantizar la competencia efectiva entre sí y con los sectores tradicionales.



Con el fin de acercar lo más posible el análisis a la realidad económica actual, además de contener una visión general sobre estos nuevos fenómenos económicos, el Estudio comenzará centrándose en dos sectores concretos: el transporte y el alojamiento vacacional. En ambos casos los nuevos modelos de servicios han planteado recientemente importantes retos para los reguladores públicos: 

El sector del transporte urbano e interurbano de viajeros por carretera, donde plataformas que ponen en contacto a conductores con viajeros se han situado como una posible alternativa directa al uso del taxi o el autobús.

El sector del alojamiento vacacional, donde han aparecido nuevas plataformas de alquiler de pisos y habitaciones que han introducido en mercado una importante oferta que se suma a la del sector hotelero tradicional.

¿Cómo realiza la CNMC el estudio?

El Estudio comienza con una fase de consulta pública en la que se recabará la posición y opiniones de todos los agentes implicados y de las personas que quieran aportar su visión al presente debate. Para contar con estas aportaciones de la manera más ágil y eficaz posible se ha puesto a disposición pública esta página web a través de la cual se crea un espacio abierto para recibir información sobre las cuestiones planteadas.

La consulta se desarrollará en tres etapas, que se iniciarán de forma sucesiva: 

a) En una primera parte se analizarán las bases teóricas que pueden justificar la regulación actual con el fin de determinar cuáles son los fines públicos que ésta pretende preservar;

 b) a continuación, se analizarán los efectos sobre el mercado de los nuevos modelos de prestación de servicios;

c) y finalmente, se estudiará la necesidad y proporcionalidad de la regulación conforme a las nuevas circunstancias del mercado.

Cada parte contará con un planteamiento previo del contexto para, a continuación, formular una serie de preguntas concretas, sobre las que se recaba la opinión de los interesados. Las aportaciones de los agentes que participen y que respondan a las preguntas planteadas podrán ser publicadas por la CNMC, con objeto de mantener el debate dentro de unos cauces constructivos.

Todas las opiniones servirán de base y serán tenidas en cuenta para elaborar el documento final que contendrá las conclusiones del estudio, así como un resumen de las principales aportaciones recibidas durante la fase de consulta.

 

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