“INTERVENCIÓN DEL director general de Transportes, Manel Villalante, EN LA
CLAUSURA DE LA CONFERENCIA”
Buenos días. Gracias por haberme invitado
El Ministerio de Fomento tiene una pequeña parte del marco competencial que tiene el sector del taxi en nuestro país, que como saben está muy distribuido entre todos los niveles de administraciones, esto obliga a una necesidad de coordinarse y hacer políticas comunes y a buscar objetivos comunes más allá de lo que es el límite territorial en que uno es competente o el de la Administración, a eso hemos dedicado muchísimos esfuerzos y vamos a dedicar más porque vamos a anunciar unas medidas a las cuales me comprometí y que llevarán al camino que entre todos hemos de ir construyendo.
Hay una obsesión que siempre he tenido y es que en el taxi, más allá de las anécdotas de cierto individualismo que una persona puede tener en un vehículo, hay que trabajar muchísimo para poner en valor su función social, y este es un tema que me ha preocupado mucho, porque el taxi cuando vive en una ciudad que tiene sistemas de transporte bien dotados, el taxi acaba siendo un transporte para ricos o para ir a una visita ocasional o para en un momento puntual como ir al trabajo, pero en muchos otros lugares de nuestro país el taxi es el que atiende las necesidades más perentorias de la población cuando esa ciudad no tiene otro tipo de transporte, en todo caso, con la flexibilidad y la comodidad que requiere ir al médico, pasar tratamientos médicos o atender una demanda familiar determinada; por lo tanto este es un tema en el que estamos trabajando y que es muy importante, es decir, el taxi no es complementario, ya que en algunos casos hace una función social, y esa función social se ha de poner en valor. Más allá de lo que uno está acostumbrado a utilizar el taxi, el taxi es mucho más de lo que nosotros creemos.
Es cierto que el taxi en un contexto global, a nivel europeo, de progresiva liberalización de todos los subsectores del transporte se ha quedado, en España y en gran parte de otros países de Europa, como el sector más regulado en todo el contexto, tendiente a la no desregulación. Seguramente eso es consecuencia de la historia, pero también de una necesidad, no es que sea intrínsecamente malo porque hay mucho empresario individual, mayoría de autónomos -antes recordaba lo de una taxi un conductor-. Hay que hacer que esta regulación no sea freno a nada que signifique mejora y, al mismo tiempo, que permita poder competir en ganar clientes a otros sectores no tan regulados, ustedes ya me entienden, y eso hace que haya que hacer equilibrios jurídico-administrativos y de coordinación, porque hay sectores de diferente tipo de regulación que compiten en un mismo espacio con administraciones diversas, y eso es lo que hay que saber encontrarle, y significa trabajo y voluntad.
Es evidente que la peculiaridad, desde un
punto de vista normativo, que tiene el taxi, es perfectamente razonable saber cuál
es la composición de lo que es este sector y su forma de organización y, por
tanto, no es que esté en contra de esto, lo que pasa es que tenemos que
ponerlo en valor en términos de calidad, asociación, oferta, función social.
Es evidente que en un mercado competitivo
como ocurre ahora, la situación económica es la que es y normalmente el taxi es
un termómetro bastante avanzado de la situación económica, especialmente de la
economía doméstica, más que de las cifras macroeconómicas que a veces
cuesta traspasar a la microeconomía.
La situación es la que es y como hay una
firme tendencia a que gran parte de los servicios de taxi son prescindibles en
la economía familiar, pues sí que es cierto que eso pueda haberse producido, y
eso hace que a veces se diga que o sobran o faltan taxis, y así estamos al
compás de los ciclos de la economía, discutiendo si sobran o si faltan.
Igual que os afecta a vuestra economía familiar, vosotros sois un indicador de
lo que pasa con la economía familiar del resto de las familias, por lo tanto lo
que hay que hacer es que no falten taxis, pero que tampoco sobren, porque la
economía del país vaya bien y la economía familiar también vaya bien y el taxi
vaya asimismo bien, claro que si el taxi va mal, y esto va mal, todo va mal y
no hacemos nada.
Las empresas inteligentes, los autónomos
inteligentes y las administraciones inteligentes -que intentamos que también
las haya- lo que hacen es que en los tiempos de situación económica complicada,
de las dificultades hacen oportunidades, y hay que hacer reformas estructurales
en los momentos de dificultad para cuando venga otro momento de dificultad,
porque las situaciones cíclicas se dan y los que tenemos algunos años hemos
vivido algunas, ciertamente la actual tiene una dimensión y una profundidad de
tal tamaño que no se había producido en el siglo, pero situaciones de mayor o
menos demanda y que a vosotros, los que lleváis años trabajando os han afectado
a vuestra cuenta de resultados, pues ¿qué hay que hacer ante esos
momentos?, que cuando se produzca la siguiente crisis, el sector del taxi esté
en mejor situación para poder competir ante ese momento, y este ha de ser
es un poco el objetivo de todo el sector.
Lo primero es conseguir tener información
de toda España y tenerla toda. No creáis que es tan fácil porque, más o
menos sí sabemos cuantos taxis hay en España, lo que no es tan fácil, debería
ser fácil, pero no lo es, pero bueno podemos decir que más menos son 66.202
taxis, siempre decíamos cerca de 70.000. 62.261 son VTs y, por tanto, pueden
operar y hay 4.000 que nos son VTs. El 55% de la flota está entre Madrid,
Cataluña y Andalucía, y la comunidad que tiene menos taxis es La Rioja con 163.
Hay 1,5 taxis por cada 1.000 personas en el conjunto de España, que como media
yo creo que está bien, lo que ocurre es que si se observa que Canarias tiene 3
por cada 1.000 personas, Madrid 2,5 y las Islas Baleares 2,3, evidentemente
donde existe una demanda por la concentración de población o como consecuencia
del sector turístico, eso condiciona muchísimo que se produzca. El 96% de los
taxistas tiene una sola licencia, y el 98% de ellos son personas físicas, y son
empresas titulares de licencia o personas jurídicas 742 en el conjunto del
Estado.
¿Qué hay que hacer? Volvamos a la
situación. Esta es la realidad y esta realidad tiene nombres y apellidos, son
personas, son familias que hacen una función social. Lo que hay que hacer es
poner en valor esa función social y hacer que el sistema sea lo más rentable
posible.
Lo que hay que hacer es tomar medidas que
favorezcan esa competividad del sector en la medidas puntuales dirigidas al
sector, en el contexto de que sois un termómetro avanzado de la situación
económica general, con lo cual si mejoramos la situación económica, mejoramos
el taxi, seguro , pero – “y tenga quien tenga la responsabilidad de gestionar
una situación económica boyante en el ámbito que sea, local, autonómico, o del
Estado “- cuando la situación económica sea buena seguirá habiendo problemas
estructurales del taxis que espero que vosotros sigáis defendiéndolos y que
la Administración sigua trabajándolos, porque en el sector del transporte
en su conjunto -y el taxi tiene muchísimas peculiaridades, pero en eso sigue la
norma común del transporte- se habla mucho de los problemas cuando las
cuentas de resultados van mal, y cuando las cuentas de resultados van bien los
problemas estructurales siguen subsistiendo, pero ya no se habla de ellos, y
precisamente lo que hay que hacer es que cuando la crisis te obliga sí, pero no
hay que hacer el sector competitivo, moderno y con función social sólo a
golpe de crisis. En épocas de bonanza también hay que trabajar
competitivamente, porque si no cuando venga otra crisis estaremos peor
que en la última, entonces se podrá decir que las cosas son difíciles,
los cambios estructurales complicados, pero han de hacerse de manera no
forzada por una situación económica complicada. Por eso insisto, cuando
la situación económica no es complicada hay que seguir mejorando los temas
estructurales, y esto es un poco lo que ocurre en todo el sector del transporte
y yo creo que en el taxi también.
Como os dije en el la primera
reunión que tuvimos -por cierto que ahora habrá otra- no sé si el año pasado en
la reunión que hacen todos los directores del transporte de las comunidades
autónomas con el Comité Nacional de Transportes, tanto de viajeros como de
mercancías, en la cual participáis vosotros como organización, tuvimos la
voluntad de crear un grupo de reflexión que abordase específicamente el tema
del taxi. Como después ha habido elecciones autonómicas y se han renovado
bastantes responsables de las comunidades autónomas, no hemos podido comenzar
hasta hace tres semanas. Oficialmente habíamos empezado a trabajar con un grupo
en el que participan todas las comunidades autónomas, estamos hablando de la
elaboración de un primer documento que es el que nos ha posibilitado saber
cuántos taxis hay en España y que cuando lo tengamos, espero que un plazo
breve, lo llevaremos a la participación del sector, por lo tanto tendremos ya
un punto en el que estaremos todas las comunidades autónomas, luego, cada una
en su territorio intentará sumar a los ayuntamientos y entes metropolitanos, ya
que pensamos que ambos casos son los que conceden las licencias, y el
Estado, las comunidades autónomas y el sector tendrán un foro específico que
aunque parece sencillo, no ha sido fácil su consecución, lo más extraño del
caso e que no existiera ya, pero bueno, ahora ya está en marcha, todas las
comunidades autónomas lo aprobaron, y por tanto estamos trabajando en ello.
Nosotros quisiéramos que en ese grupo,
que luego tendremos los mecanismos necesarios para ir al Comité Nacional, al
Consejo Nacional, etc. fuera un poco el laboratorio de ideas, que pudiéramos
tener unas líneas de actuación conjuntas en temas que afectan muchísimo a la profesión
y que eso tuviera vida más allá de una coyuntura desfavorable, que tuviera vida
propia y se mantuviera.
Habíamos conseguido modificar la
Ley de Transporte terrestre del año 1987, la LOTT, y habíamos conseguido
un acuerdo bastante generalizado, no sólo del taxi, ya que aquí se regula todo,
sino también con muchísimas organizaciones y con los grupos políticos,
tanto los que apoyaban al Gobierno como con los de la oposición, con las
comunidades autónomas habíamos hecho un acuerdo para mayo, pero todo esto
desgraciadamente quedó aparcado por el adelanto electoral así que se ha quedado
en el Congreso sin ser aprobado. Teníamos muchas de estas reformas, y eso
tendrá que tener plasmación en los reglamentos de las órdenes ministeriales, y
eso nos ha cortado bastante del paquete que pensábamos hacer, nosotros
pensamos que es un buen documento, seguramente todo el mundo cambiaría cosas,
pero es porque con tanta gente implicada difícilmente se consigue algo de
manera unificada, es imposible que todo el mundo esté de acuerdo al 100%, pero
que no haya nadie que esté en frontal desacuerdo en un sector tan
diverso, está muy bien. Espero que eso sea una buena herramienta de trabajo
para quienes tengan la responsabilidad de continuar esto, sea quien sea. A partir
de ahí modificábamos también aspectos de la representatividad del sector, a
través del Consejo y del Comité Nacional para poder dar a eso que ahora es un
acuerdo entre comunidades, Estado y sector y de un grupo proactivo del
taxi, que eso tenga plasmación más allá del actual corsé en el que está
envuelto, y el taxi pueda tener toda la representatividad a nivel nacional como
tal, y con participación de todas las administraciones. Eso nos abriría la
puerta a la ley. De hecho otra ley que se ha quedado en el anteproyecto es la
Ley de Movilidad Sostenible para marcar estadísticas de movilidad sostenible en
todo el país y ahí había una parte importante que hablaba del taxi: nuevos
contaminantes, la posibilidad de abrir las áreas de prestación conjunta, es
decir, medidas que podían favorecer el uso del taxi compartido…, dejar abiertas
las puertas para que en cada situación se pudiera analizar medidas, y
cómo se ha de poner al taxi en valor social en términos de movilidad
sostenida.
Yo creo que el paquete está hecho,
obviamente las cosas luego pueden cambiar, ya que han de pasar cosas que, sin
duda, afectarán al sector, en todo caso, el camino en lo que a mi corresponde,
llevo en este cargo desde diciembre de 2010, he podido hacer lo que he podido
hacer, y es verdad que plasmarlo en una ley, crear un código de conducta y que
tenga presencia en el taxi, yo creo que eso es difícilmente rebatible en el
sentido de que he abierto un camino que es lógico quesea así.
Vamos a hablar del tema polémico. Estamos
en el proceso en el que la modificación de la LOTT abría la puerta posterior
a todas las modificaciones del Reglamento de órdenes ministeriales, con
lo cual ahora, se nos ha cortado el camino porque normalmente si no cambias la
ley difícilmente puedes modificar el reglamento salvo en algunos casos
puntuales.
Hay un tema que les afecta, que es el
tema de qué ocurre con los vehículos de alquiler con conductor. Esto hubo, y
tengo la ventaja de que esto lo he ido heredando, cuando se aprobó la Ley
Ómnibus estaba en la Generalitat y llegamos a un acuerdo con todas las
comunidades en mantener el ‘status quo’ que la legislación daba de mantener el
1 a 30 entre cada 30 taxis, digamos convencionales, que haya uno de los VTCs,
esto se ha mantenido y sigue existiendo el acuerdo en todas las comunidades
autónomas en una coordinación de acuerdo generalizado entre todas las
comunidades autónomas. Ese es el primer paso, el siguiente paso es que claro
estamos, y me refiero a los que tenemos años, Cuando yo empecé a saber cosas de
estas había un nivel denominado Clase C, taxis de lujo, y luego estaba el taxi.
Entonces la diferencia entre la Clase C y el taxi era que el primero estaba
’sembrado’ de ‘Dodge Dart‘. Un coche muy lujoso que había antes, y en el taxi
que tenía los Seat que eran los que rodaban por las ciudades. Luego estaban las
ambulancias y los coches luctuosos, que también estaban metidos en el mismo
saco. Ahora las ambulancias tienen su propio reglamento específico, cosa que
tiene bastante sentido común. ¿Con el paso del tiempo qué ha pasado? Pues que
el taxi ha mejorado su calidad y las diferencias ahora ya no son tan claras. Lo
que ahora hay son coches desregularizados y Que es un contexto
regularizado, muy regularizado que es lo que decía al principio que compite,
porque claro entre tanto el taxi ha ido mejorando calidad con lo cual la
diferencia entre el 1.400 de turno y el Dodge Dart que era elocuente, ahora no
se ve, entonces lo que hay es unos que no están regulados o muy poco regularizados,
compitiendo en una franja común, no en todas, con los regularizados. Esto hay
que hacerlo bien, porque es fondo de problemas siempre. Y no se resuelve con
una orden del Ministerio, este es un tema delicado, es decir, es muy difícil
que haya una competencia armónica en un mismo sector, uno muy regularizado y
otro no regularizado. Si además, las licencias están distribuidas por
comunidades autónomas y/o municipios, es todavía más complicado. Es evidente
que esto ha sido un foco de determinadas complicaciones. Nosotros hemos
preparado una orden ministerial en la cual hablamos del aspecto de la llamada
‘habitualidad’, que si no se cuantifica deja el tema excesivamente abierto; es
como decir que “habitualmente ha trabajado en su comunidad autónoma”, pero ¿qué
es habitualmente? ¿un día a la semana? ¿cada día? ¿dos de cada tres viajes?
¿diez de cada 15? Este es un tema que intentaremos regular con una orden que se
puede hacer sin que se modifique la LOTT por lo tanto no va condicionada;
no es lo que yo quería hacer si hubiésemos tenido la LOTT aprobada, que abría
un abanico de entrada al problema más en su núcleo fundamental, sino que era
una cosa mucho más abierta. Luego hay otro aspecto a regular, y es que estos
vehículos vayan identificados y por lo tanto que deban tener la licencia
visible; y otro aspecto, que en realidad al taxi le afecta poco porque el taxi
lo tiene arreglado y ellos no, es que los caballos que se cuentan son
caballos fiscales, esto ha quedado desmesurado, es contradictorio a lo
que el Gobierno obliga que se favorecen los vehículos que contaminan, consumen
menos y para poder tener la licencia se obliga a comprar vehículos que son los
que más consumen, eso te obliga a cambiar la potencia de los vehículos. Esta
orden está enviada a las comunidades autónomas en la última reunión de hace
tres semanas en la que hablamos del taxi, y además de esto yo les pedí una
cosa, nosotros queremos que la orden salga si es que se va a cumplir y, por
tanto, esto exige la corresponsabilidad de todas las comunidades autónomas. En
el modelo que tenemos de organización en nuestro país, no daremos un paso si no
es por un acuerdo generalizado de que ese paso va a cumplirse. Como saben
cuando esto se ha dado y ha ido al Comité Nacional, por lo tanto ya ha habido
pronunciamiento, se ha hecho informe favorable. Hay un sector minoritario que
dice que no. No sé lo que puede pasar en estos próximos días, nuestra voluntad
es que si hay acuerdo generalizado, y hemos ya reclamado que contesten
reiteradamente, podemos tener un acuerdo que permita que lo que se apruebe, lo
que salga en el BOE se cumpla, nosotros diremos al ministro que se tire
adelante, pero evidentemente yo debo tener la certeza de que se acuerde y de
que se cumpla. Lo peor que podemos hacer, y os hablo con toda la franqueza del
mundo, es realizar una disposición para que lo que hagáis sea caldo de cultivo
o todavía sirva para crear más confusionismo, es decir, o se cumple, en el
proyecto de orden que conocéis, hablamos de que el 20% de los viajes puedan
hacerse fuera del ámbito de la comunidad autónoma, pero hay voluntad de
que eso se vigile, se cumpla, etc. , y por tanto le pone cifra al concepto de
habitualidad que en sí mismo es un concepto que no permite ser fiscalizado, es
un concepto bastante abierto. Yo creo que hay mercado para un determinado tipo
de servicio y hay mercado para otro tipo de servicio diferente, lo que
no hay que hacer es que uno no entre en el terreno del otro, y eso es
conceptualmente como está el alquiler con conductor y el servicio del
taxi. Otra cosa es que hay una franja, que es una franja nebulosa, ya que
el taxi requiere pago por viaje es decir, la norma está clara, el problema es
que la interpretación de la norma no ha de ser interpretable, va a haber
mecanismos que permitan que esa diferencia de servicios se comparta. Es un
proyecto de norma ministerial que lo cumple, si hay voluntad y garantía de que
eso se cumpla, porque, y esto lo digo con toda la franqueza del mundo, el
Estado tiene la competencia de marcar una norma, pero el Estado no es
quien la va a vigilar, ni la va a hacer cumplir, porque claro, es muy fácil
hacer una norma y publicarla en el BOE, eso es fácil, ahora hacerla
cumplir es otra cosa, por lo tanto, o hay acuerdo claro y voluntad de que
se cumpla o estaríamos encaminados a la confusión. La norma está clara, desde
el punto de vista del usuario confundir el servicio de un coche con conductor
con el servicio de taxi no existe, está claro lo que es uno y lo que es otro,
como está claro que un autobús es discrecional y otro no. Cuando uno de estos
te limita lo que hay que hacer des acotar el problema y verlo.
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