domingo, 4 de abril de 2021

El dar ejemplo, un descuido del político

El ejemplo no es otra manera de enseñar, es la única manera de enseñar. 

Un responsable político tiene la obligación de dar ejemplo a sus semejantes, de tratar que su comportamiento contenga todas las virtudes que defiende.

Puede equivocarse aquel o aquella que de la cosa pública hace su dedicación plena. Sin embargo, no puede saltarse la ley, burlar las normas, faltar al respeto a las fuerzas de seguridad o, simplemente, aprovecharse de su propio título o función.

Tratar de cumplir las normas, evitando malos entendidos, esforzándonos en dar el ejemplo más digno de una actividad tan denostada como la política, es, simplemente el primer paso para nuestro compromiso.

Una democracia se sustenta en el principio que se basa en el hecho de que todos debemos ser iguales ante la ley. Que la disposición de aquellos que deben velar por su cumplimiento nos obliga a todos, sea cual sea nuestra condición.

Porque, como he repetido varias veces, no nos debemos a la gente importante, sino a la gente que importa. 

Aquel que a la política quiera dedicarse, deberá dormir tantas veces como sea necesario como los que menos tienen. Sufrir como sufren los desheredados y usar los bienes y servicios colectivos como todo el mundo. Pero el primer paso –ay, el primer paso-, es respetar las normas, no cometer faltas, ni delitos, ni buscar privilegios, ni prebendas.

Hay cosas que pasan cuando sólo se cree en la democracia representativa. Pero, atención, yo creo en una democracia en la que gobiernen los ciudadanos. En la que todos seamos uno más para ser más de uno.

Yo creo en una democracia en la que no haya privilegios, ni nadie pueda saltarse la ley porque crea que tiene un rango que merece una consideración diferente. Una democracia en la que el alcalde vaya en metro y un presidente viva en su casa.

Nada más lejos del gobierno de la gente cuando los representantes se creen inmunes de tanto faltarle al respeto a los representados. Hoy, sobre todo hoy, de lo que más se habla es, precisamente, de eso.

(Siempre es bueno recordarselo a todas aquellas personas que viven de la política).

Manu Sánchez

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