Reseña
Histórica del Transporte:
En los comienzos de la era primitiva, los hombres se
desplazaban a pies y descalzos por largas distancias. Las cargas que llevaban
consigo eran transportadas en ancas o grupas, esto hacia que su traslado de un
lugar a otro le fuera lento y arriesgado. Luego la necesidad de aumentar la
carga hace que surja una especie de auxiliar que permitía arrastrar las cargas
con mayor facilidad, lo que eran llamados La Narria.
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En los países fríos se fabricó el primer vehículo conocido por el hombre llamado trineo, que surge de la misma Narria, este en un principio era arrastrado por los hombres, aunque más tarde, se fueron domesticando animales para realizar dicho esfuerzo.
En los países fríos se fabricó el primer vehículo conocido por el hombre llamado trineo, que surge de la misma Narria, este en un principio era arrastrado por los hombres, aunque más tarde, se fueron domesticando animales para realizar dicho esfuerzo.
Historia del transporte por La Carretera:
El principal modo de transporte terrestre era por
reata de animales de carga y por caballos sobre los senderos de los nativos
americanos. Carretas grandes con capacidad de dos a cuatro toneladas y jalados
por caballos o bueyes, los cuales podían conformar equipos de hasta seis
animales, empezaron a aparecer a finales del siglo XVI.
El comercio entre ciudades estaba en incremento y el
movimiento por envío marítimo costero resultaba demasiado lento e irregular.
Algo debía hacerse en relación con los caminos, y no demoró para que la primera
legislación sobre mantenimiento, estuviera elaborada. Los carros públicos
también aparecieron. Eran lentos, abarcaban poco más de veinte kilómetros por
día, y eran increíblemente incómodos. La gente generalmente viajaba poco o
nada, y raras veces para el placer, debido a los pésimos caminos.
Hacia 1800 se hicieron carreteras de tierra al quitar
la maleza y los árboles de estos senderos. Muchas de esas carreteras, sin
embargo, se hacían casi intransitables durante los periodos de mal tiempo. En
1820, la mejora de las carreteras denominadas turnpikes (autopistas), en las
que las empresas privadas cobraban un peaje por haberlas construido, conectó
todas las ciudades principales superando al resto de carreteras.
El transporte terrestre se desarrolló más despacio.
Durante siglos los medios tradicionales de transporte, restringidos a montar
sobre animales, carros y trineos tirados por animales, raramente excedían de un
promedio de 16 Km/h. El transporte terrestre mejoró poco hasta 1820, año en el
que el ingeniero británico George Stephenson adaptó un motor de vapor a una
locomotora e inició, entre Stockton y Darlington, en Inglaterra, el primer
ferrocarril de vapor.
Sucesivos gobiernos han realizado grandes inversiones
hasta conseguir unas vías básicas de gran capacidad (autopistas y autovías) que
permiten el desplazamiento de gran número de personas y mercancías por todo
territorio con niveles de motorización próximos a los grandes países
industrializados.
Transporte en ciudades
La concentración de la población en grandes ciudades o
grandes áreas metropolitanas ha supuesto la necesidad de dotación de un
transporte colectivo eficiente para el desarrollo de la vida cotidiana de
éstas.
Sistemas de transporte inteligente, conocidos también
como ITS, son tecnologías que incluyen electrónica avanzada, comunicaciones y
sistemas informáticos para aumentar la eficiencia y seguridad del transporte
por carretera. Conocidas originalmente como IVHS (iniciales de Intelligent
Vehicle/Highway Systems, Sistemas inteligentes de automóviles y autopistas),
proporcionan intercambio de información en tiempo real entre los conductores y
las autopistas, de ahí los términos "automóviles inteligentes" o
"autopistas inteligentes".
Está cada vez más claro que construir más carreteras
no es la solución a los problemas del transporte. Mediante el uso de equipos
informáticos y dispositivos de comunicación, la infraestructura de transporte
(sistemas de carretera y los vehículos que los usan) puede pasar a ser más
inteligente, y por lo tanto, reducir los atascos, disminuir las emisiones de
los vehículos en tráfico intermitente, reducir el tiempo de viaje, aumentar la
capacidad de las carreteras existentes y hacer más seguros los desplazamientos
por carretera.
Transporte (definición, tipos e historia)
El transporte comercial moderno está al servicio del
interés público e incluye todos los medios e infraestructuras implicadas en el
movimiento de las personas o bienes, así como los servicios de recepción,
entrega y manipulación de tales bienes. El transporte comercial de personas se
clasifica como servicio de pasajeros y el de bienes como servicio de
mercancías. Como en todo el mundo, el transporte es y ha sido en Latinoamérica
un elemento central para el progreso o el atraso de las distintas
civilizaciones y culturas.
Ya en el periodo precolombino los incas poseían un
rudimentario pero eficiente sistema de caminos interconectados a lo largo y
ancho de su Imperio, por el cual trasladaban distintos tipos de mercaderías.
Bien a pie o a lomo de llamas sus mercaderías lograban llegar a destino. A
veces a través de puentes de cuerdas entre las montañas. Otros pueblos
utilizaron canoas o botes como medio de comunicación.
La llegada de los europeos —españoles y portugueses— a
lo largo de casi toda América produjo grandes cambios en los medios de
transporte. El principal modo de comunicación era el marítimo, dado que era más
eficiente y rápido para puertos naturales y para los lugares en los que se
construyeron puertos, tanto de mar como de los caudalosos ríos americanos.
En el siglo XX la formación e instalación de grandes
corporaciones de fabricantes ha dado un gran impulso a la producción de
vehículos tanto para el uso particular como para el transporte público y de
mercancías, así como la exportación a terceros países.
Con el crecimiento económico de los últimos años se
espera que Brasil y Argentina alcancen en poco tiempo cotas de utilización de
vehículos al mismo nivel que los países más desarrollados.
Historia del transporte por Carretera
En las trece colonias americanas originales, que se
extendieron hacia el oeste hasta el río Mississippi, el principal modo de
transporte terrestre era por reata de animales de carga y por caballos sobre
los senderos de los nativos americanos. Hacia 1800 se hicieron carreteras de
tierra al quitar la maleza y los árboles de estos senderos. Muchas de esas
carreteras, sin embargo, se hacían casi intransitables durante los periodos de
mal tiempo. En 1820, la mejora de las carreteras denominadas turnpikes
(autopistas), en las que las empresas privadas cobraban un peaje por haberlas
construido, conectó todas las ciudades principales superando al resto de
carreteras.
El transporte terrestre se desarrolló más despacio. Durante siglos los medios tradicionales de transporte, restringidos a montar sobre animales, carros y trineos tirados por animales, raramente excedían de un promedio de 16 km/h. El transporte terrestre mejoró poco hasta 1820, año en el que el ingeniero británico George Stephenson adaptó un motor de vapor a una locomotora e inició, entre Stockton y Darlington, en Inglaterra, el primer ferrocarril de vapor.
Desde tiempos del Imperio romano la península Ibérica
contó con una red de calzadas romanas que ha tenido una enorme importancia en
la posterior configuración del mapa geográfico y administrativo de Portugal y
España. Por ejemplo, más de la mitad de las actuales provincias y casi todas las
diócesis históricas españolas figuran como mansiones en el itinerario de
Antonino. Después de la caída del Imperio romano las calzadas romanas quedaron
abandonadas y apenas se realizaron reparaciones ni obras de conservación,
quedando como el único sistema viario y de comunicación peninsular durante diez
siglos. No fue hasta la llegada de los Borbones y la planificación de una red
viaria radial adaptada a la estructura centralizada de su administración cuando
quedaron relegadas al desuso las vías romanas.
Ha sido en el siglo XX cuando más se ha desarrollado
la red viaria en España. Sucesivos gobiernos han realizado grandes inversiones
hasta conseguir unas vías básicas de gran capacidad (autopistas y autovías) que
permiten el desplazamiento de gran número de personas y mercancías por el
territorio español con niveles de motorización próximos a los grandes países
industrializados.
Los caminos romanos cayeron en desuso y vehículos de
ruedas prácticamente desaparecieron a lo largo de Europa hasta que empezaran a
regresar lentamente casi mil años después, durante la edad media. El movimiento
de bienes y personas se hacía mayormente a pie o por animal de carga, y las
sendas eran suficientes. Los puentes, los cuales se encontraban habitualmente
bajo la responsabilidad de los órdenes religiosos, eran la prioridad mayor, en
la medida en que los cruces de agua eran a menudo peligrosos.
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