Precisamente fueron ciertos empresarios de vehículos de arrendamiento con conductor quienes salieron de Aseval para montar una nueva asociación en abril del 2010 llamada UNAUTO, que representase y defendiese los interés propios de su actividad mercantil.
Las fuertes tensiones creadas entre empresas multinacionales de automoción defendiendo su parcela y los ambiciosos planes de pequeños empresarios pusieron de relieve las líneas maestras para llegar a conseguir un plan estratégico normativo que con el tiempo se cruzaría con la introducción de las plataformas disruptivas en este nuevo formato dónde las mismas han venido diseñando para crear las ciudades inteligentes del futuro (Smart Cities).
Siempre he mantenido la idea que estas plataformas como paraguas de otros modos de transportes buscan abrirse a otros conceptos de movilidad más amplios que tan sólo quedarse con las autorizaciones de VTC.
Si desde Aseval que integra grandes compañías como Hertz, Renta Car, Avis, Europcar, Sixt, Goldcar, Enterprise, Blanauto, Ocsa, etc, que apuestan por la movilidad en general, con otros servicios en el formato del alquiler de vehículos sin conductor (Carsharing), las plataformas disruptivas al integrarse en Aseval, buscan poner un foco más transversal para aglutinar en el futuro otros modos de transporte como la bici o los patinetes eléctricos que cierren el circulo de la movilidad integral en las ciudades, hasta llegar a potenciar el vehículo autónomo por el que tantas expectativas y capital están poniendo todos.
Los movimientos de alianzas empresariales y multinacionales corren a una velocidad de vértigo, algo que el sector del taxi jamás podrá llegar a alcanzar por mucho que quiera adaptarse a estos tiempos, pues nos han dejado como meros trabajadores de nuestro vehículo o mejor definirlo como falsos autónomos de toda esta fábrica de ideas.
Malos tiempos para la lírica
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