La CNMC actúa,
no espera a tus lloros. Aparentemente es un «organismo independiente y
democrático» al que no le interesa a quien votas. ¡¡MENTIRA!! Por supuesto que
le interesa, nace de la ideología más individualista que existe, es la que justifica la pobreza, la
desigualdad y hasta la guerra
.
Es el emblema invisible y cruel que lleva gobernándonos toda la vida. Conoces
perfectamente de que te hablo, son la ideas del «libre mercado», las mismas que
desregulan y privatizan. Las que te engañan haciéndote creer que posees algo,
es el egoísmo como instrumento de adoctrinamiento.
El mejor invento del sistema capitalista es la «clase media», esta falsa
condición desvirtúa y desenfoca tu papel y lugar en la sociedad. Los que
pertenecen a esta categoría piensan que por tener acceso a una serie de
productos, o de disponer de una «cierta» comodidad económica (comodidad que se
limita a llegar a fin de mes) ya no son pobres, que la carencia es una
condición de «otros». Nada más lejos de la realidad, todos hemos podido
comprobar como durante la crisis la clase media es la que primero desaparece.
Pero la verdadera arma de destrucción masiva que utiliza el sistema económico
actual es el adoctrinamiento invisible. Es lamentable ver como los propios
afectados, los desheredados del sistema, perpetúan la desigualdad, manteniendo
una categoría de pensamientos que los vuelve más sumisos si cabe, a su
condición. Ya que estos mismos, son incapaces de pensar de forma alternativa a
lo que siempre se le ha enseñado. Los propios taxistas que se lamentan de la
actuación de la CNMC son los que luego hablan de liberalizar otros sectores, o
incluso, desregular el suyo propio.
La obra maestra del capitalismo es la creación de un ejército desinformado,
apático a lo que le rodea y sumiso al orden establecido.
Por ello, no nos podemos permitir pensar de igual forma a los que impone el
status quo. El cambio que queremos en el exterior es necesario primero
realizarlo en el interior. Por lo tanto, no se puede solucionar los problemas
pensando como el que los crea.
Debemos desechar una y otra vez las máximas del sistema, la «libre competencia»
hay que denunciarla como una gran mentira, nunca los pequeños van a poder
competir en igualdad de condiciones con los grandes. La «libertad empresarial» es
la esclavitud de los trabajadores y de los pequeños autónomos. Si dejamos que
la falsa «libertad» económica se imponga solo vamos a conseguir que sean las
grandes corporaciones las que impongan las reglas de convivencia. Relegando las
relaciones sociales y de trabajo a una farsa que queda bien en los
informativos.
Solamente la toma de conciencia de todo aquello que nos rodea nos va a poder
sacar de la actual situación, ser conscientes de las verdaderas intenciones del
sistema nos puede hacer más útiles a la hora de defender lo nuestro, lo de
todos.
Al enemigo político e ideológico se le combate con más ideología y con más
política, necesitamos compañeros con conciencia de clase, con cultura política
y sindical. En la sociedad, y en el taxi en particular, sobran los burócratas,
los simple administradores de asociaciones.
Todo aquel
dirigente sindical que se declara apolítico tiene que ser apartado de nuestro
sector, es de la estupidez más estúpida negar una evidencia que todos
observamos continuamente, la política es un ente que engloba todas las partes
de nuestra sociedad.
Desentenderse de la política a la hora de defender nuestros intereses es
permitir a organismos como la CNMC actuar de forma libre bajo el paraguas de
las políticas neoliberales. Y con el amparo de partidos políticos acorde a sus
ideas, partidos que ahora están pretendiendo imponernos el Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos, el nefasto TTIP.
El momento ha llegado, debemos dar el paso, las asociaciones del taxi tienen
que evolucionar, pasar de entes seudosindicales a sindicales y políticos.
Ximo 1605
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