Núm. 337 septiembre 2024 - La Gaceta del Taxi
337 – El enjambre inversor tecnológico I
Las grandes corporaciones tecnológicas, (ciber colosos
que dominan la economía mundial), mueven grandiosas cantidades de dinero en
todo el mundo. En los entresijos de este variopinto enjambre inversor, son los
tutores del soporte de la nueva economía mundial, implantando ese nuevo
escenario del mercado económico-financiero ampliando y diversificando las
inversiones y los riesgos, entorno a criterios diferentes, como pueden ser: el sujeto, el objetivo y
horizonte de la inversión, la aversión al riesgo o sus estrategias de
inversión, entre otros muchos más caracteres.
Por consiguiente, el "enjambre inversor
tecnológico", acapara un fenómeno sustancial, en el cual, un grupo
diverso de personas, en muchas ocasiones no relacionados entre sí, contribuyen
colectivamente con recursos, ideas y esfuerzos para invertir en tecnologías emergentes. Estos
inversionistas pueden ser personas físicas, fondos de inversión, firmas de
capital de riesgo, incluso corporaciones que buscan diversificar su cartera, o
participar en el crecimiento de empresas innovadoras.
En las actuales circunstancias, los inversores pueden clasificarse en diferentes tipos según diversos
criterios, como pueden ser: por su
aversión al riesgo; por el sujeto de la inversión y del sujeto inversor; por el objetivo de la
inversión; por su nivel de experiencia; por
su forma de operar y, por su
tolerancia al riesgo.
Empezando en función de su aversión al riesgo, los
inversores asumen su preferencia por la rentabilidad fija o variable. Se pueden
clasificar en diferentes tipos, desde los
inversores más conservadores a los más agresivos.
Los inversores con perfil conservador, son aquellos que prefieren
minimizar el riesgo en sus inversiones. Generalmente, optan por productos
financieros que ofrecen una renta fija y son menos volátiles, como bonos del gobierno o depósitos a plazo fijo. Estos
inversores tienden a centrarse en la preservación del capital y buscan obtener
un retorno estable y predecible, aunque potencialmente más bajo en comparación
con inversiones más arriesgadas. Su horizonte de inversión suele ser a largo
plazo, enfocándose en el crecimiento gradual y seguro de su patrimonio.
Los inversores con perfil moderado, asumen un nivel moderado de
riesgo en sus inversiones, buscando un equilibrio entre seguridad y potencial
de crecimiento. Suelen diversificar su cartera entre productos de renta fija y renta variable,
asignando aproximadamente un 50% de su
capital a cada tipo de inversión. Este enfoque les permite obtener
rendimientos más sólidos que los inversores conservadores, aunque están
dispuestos a tolerar cierto grado de volatilidad en el mercado. Su objetivo
principal es lograr una rentabilidad sostenida que compense el riesgo asumido,
manteniendo un horizonte de inversión a medio o largo plazo.
Los inversores con perfil agresivo, son aquellos que están
dispuestos a asumir un alto nivel de riesgo en busca de mayores rendimientos.
Suelen invertir hasta un 80% de su
capital en activos de renta variable, como acciones de empresas emergentes
o sectores volátiles. Este tipo de inversores están orientados hacia el
crecimiento y la maximización de ganancias, incluso si eso significa enfrentar
una mayor posibilidad de pérdida. Utilizan
estrategias especulativas y buscan oportunidades de inversión con un
potencial de retorno muy elevado, aunque también están conscientes de que
pueden perder una parte o la totalidad de su inversión. Su horizonte de
inversión suele ser a largo plazo, pero están dispuestos a ajustar su cartera
de inversión según las condiciones del mercado.
En relación por el sujeto inversor: Se distingue entre, inversores minoristas, inversores institucionales e inversores profesionales.
Los primeros, son personas o entidades que realizan
inversiones en el mercado financiero con sus propios fondos, pero no lo hace
como su actividad principal o profesional. En otras palabras, son inversores
individuales que invierten su dinero personal en productos financieros como
acciones, bonos, fondos mutuos, ETFs u otros instrumentos disponibles en el
mercado. Los inversores minoristas
suelen tener menos experiencia y conocimientos especializados en comparación
con los inversores institucionales, fondos de inversión, o bancos de inversión.
Los segundos, son entidades financieras o
empresas que invierten grandes cantidades de capital en los mercados
financieros en nombre de terceros, como fondos de pensiones, compañías de
seguros, fondos de inversión, bancos de inversión, fondos de cobertura, y otros
inversores institucionales. Estas entidades gestionan el dinero de individuos,
organizaciones o grupos, y suelen tener un enfoque más profesional y
sofisticado en la gestión de inversiones. Los inversores institucionales suelen
tener acceso a más recursos, información y herramientas de análisis que los
inversores minoristas, y pueden tener objetivos de inversión más amplios y
complejos, como la diversificación de cartera, la maximización de rendimientos
o la cobertura de riesgos.
Y, los terceros, corresponden a personas, o entidades que realizan
inversiones en el mercado financiero como su actividad principal o profesional.
A diferencia de los inversores minoristas, los inversores profesionales pueden
tener un mayor nivel de experiencia, conocimientos y recursos para llevar a
cabo operaciones más sofisticadas y complejas en los mercados financieros. Esto
incluye, traders, gestores de fondos de inversión, analistas financieros,
asesores de inversión, y otros profesionales del sector financiero. Los inversores profesionales suelen
tener acceso a información privilegiada, herramientas de análisis avanzadas y
redes de contactos que les permiten tomar decisiones de inversión informadas y
gestionar eficazmente sus carteras. Además, pueden tener la capacidad de
realizar operaciones con mayor volumen y liquidez en comparación con los
inversores minoristas.
Continuando con la clasificación de los diferentes tipos de inversores según
diversos criterios, le toca el turno al objetivo de la inversión, que se debe entender por aquel propósito o meta que los inversores
tienen al realizar una inversión en el mercado financiero.
Este objetivo puede variar ampliamente dependiendo de
factores como el perfil de riesgo del
inversor, su horizonte temporal, sus
necesidades financieras y sus preferencias personales. Algunos ejemplos
comunes del objetivo del inversor
incluyen:
1. Acumulación de capital: El inversor busca aumentar su patrimonio a lo largo del
tiempo mediante la apreciación del valor de sus inversiones.
2. Generación de ingresos: El inversor busca obtener ingresos regulares de sus
inversiones, ya sea a través de dividendos, intereses u otras formas de
distribución de ganancias.
3. Diversificación de cartera: El inversor busca reducir el riesgo al distribuir su
capital entre diferentes clases de activos o instrumentos financieros.
4. Protección contra la inflación: El inversor busca preservar el valor real de su capital
frente al impacto de la inflación a lo largo del tiempo.
5. Planificación de la jubilación: El inversor busca acumular suficientes activos financieros
para garantizar un retiro cómodo y seguro en el futuro.
6. Ahorro para metas específicas: El inversor tiene objetivos financieros específicos, como
la compra de una casa, la educación de los hijos o un viaje, y realiza
inversiones con el fin de alcanzar esas metas.
Este enjambre de
inversores, imponen una nueva política económica global, para seguir dominando
los mercados, un claro ejemplo, lo tenemos en -el área de la movilidad urbana- con sibilinas aperturas en las
normas sectoriales, necesarias para facilitar la entrada a las Plataformas (StartUp).
Por tanto, no existe política ni políticos que puedan frenar el nuevo orden
económico establecido en la era digital, porque ellos, son actores
secundarios del nuevo sistema capitalista, se llame el partido político como se
llame. Continuará.
Cita: El pensamiento condiciona la acción, la acción determina el
comportamiento, el comportamiento repetido crea hábitos, el hábito estructura
el carácter y, el carácter marca el destino. Aristóteles. (Octogésima primera entrega 24 de agosto de 2024)
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