MADRID
23 de octubre de 1995
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Cuatro
candidaturas en las elecciones de la Gremial del Taxi
El Grupo Estudio Económico propone soluciones «para un sector en crisis»
Eladio Núñez, de 52 años y 12 al frente de la Asociación Gremial del Taxi de Madrid, ha vuelto a ser elegido por sus compañeros como hombre fuerte del taxi de la ciudad. Núñez obtuvo 2.322 votos, aproximadamente un 30% más que su principal rival, Secundino Pérez, informaron fuentes del gremio.Las elecciones, que se celebran cada cuatro años, duraron todo el día. Para votar, además de ser socio de la organización, los taxistas tenían que acreditar que estaban al día en las cuotas (2.000 pesetas al mes). Aunque esto no es mucho problema, explicó un taxista. "Por lo general", dijo, "aquí suele pagar todo el mundo puntualmente, porque a la asociación debes ir muchas veces". La campaña comenzó en septiembre. No hubo mítines, pero los candidatos sí que se pasearon por las paradas más concurridas: las del aeropuerto y las situadas en las estaciones de ferrocarril. Se trataba de convencer de uno en uno a los electores.
Manu Sánchez representante
del Grupo GEET como candidato de oposición a Federación Profesional del Taxi de Madrid, destaca que el sector
está en crisis: «Para que esto sea rentable tenemos que trabajar hasta 16 horas
diarias, y muchas de las veces ni eso. Pues uno de los grandes problemas se
encuentra en la sobredimensionada flota, ante la falta de un Plan Director que mejore la productividad de nuestro sector. En otro orden de cosas, las nuevas tarifas se siguen negociando mal y suponen un perjuicio para nosotros. Nuestras Grupo presentan soluciones para todos estos problemas».
A unos diez pasos de la puerta del
edificio de la Asociación Gremial del Taxi que, hacia ayer las veces de Colegio
electoral, un taxista repartía papeletas de candidaturas enigmáticas: "Vota a los del Estudio Económico, compañero".
Ayer votaron 4.370 taxistas para elegir al hombre que debe
representarles en los. próximos cuatro años en nombre de la Asociación Gremial
del Taxi, la organización profesional más poderosa de Madrid, con cerca de
11.000 afiliados.
Eso sí: los conductores que
pasaban a las doce de la mañana por la calle de Santa Engracia, a la altura del
número 85 -sede de la organización- se topaba con un atasco imprevisto. La
avenida, normalmente de cuatro carriles, se convirtió en una calle de una vía
sólo. Un autobús naufragaba en un océano de taxis mal aparcados.
Los taxistas
habían dejado su vehículo en doble, en triple y en cuádruple fila. Una pareja
de agentes municipales apareció a la una del mediodía para poner un poco de
orden y convencer a los taxistas de que dejaran libre la calzada.
En la acera, corrillos, mucho
cigarro que iba y venía, tipos con manojos de papeletas con los huecos ya
anotados y líderes en la puerta del local aprovechando el último minuto para
atraerse a supuestos indecisos. Dentro del edificio había cuatro mesas
electorales con urnas transparentes. Al lado de cada mesa, tres interventores,
como es de ley, uno por candidatura. Empleados de la asociación hicieron de
presidentes y vocales de la mesa.
Las tres candidaturas presentadas eran las siguientes: la de Eladio Núñez, presidente desde 1983, la ganadora; la
de Secundino Pérez, aspirante por el Grupo
denominado Estudio Económico
(consiguió 1.663 votos; se llama así esta candidatura. porque sus propuestas se
apoyan en un Informe sobre la situación del sector elaborado por un economista
a petición de los propios taxistas); y la conocida como "independiente". Un miembro de esta
última opción también se refirió a ella como "la de Bonanza". La
saturación del sector era tema común y recurrente en las tres propuestas. En
Madrid hay 15.500 licencias, cifra que, a juicio de los tres candidatos, es
excesiva.
Algunos de los taxistas que ayer
acudieron a votar se quejaban también de la invasión de los particulares del
carril bus, de los continuos atascos -que perjudican tanto al viajero como al
taxista-, de la falta de seguridad por la noche y de la cantidad de impuestos.
Las cuestiones saltaban de corro a corro. Todos daban su opinión, con lujo de anécdotas
y, en su caso, de alardes lingüísticos. Un taxista que había echado su cuarto
de espadas en una conversación ajena, explicó así su intromisión: "Es que
he puesto la trompetilla así, a grosso modo, y os he oído".
https://elpais.com/diario/1995/10/23/madrid/814451070_850215.amp.html
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