sábado, 24 de agosto de 2024

Art 337 - El enjambre inversor tecnológico I

 

Núm. 337 septiembre 2024 - La Gaceta del Taxi


337 – El enjambre inversor tecnológico I

 

Las grandes corporaciones tecnológicas, (ciber colosos que dominan la economía mundial), mueven grandiosas cantidades de dinero en todo el mundo. En los entresijos de este variopinto enjambre inversor, son los tutores del soporte de la nueva economía mundial, implantando ese nuevo escenario del mercado económico-financiero ampliando y diversificando las inversiones y los riesgos, entorno a criterios diferentes, como pueden ser: el sujeto, el objetivo y horizonte de la inversión, la aversión al riesgo o sus estrategias de inversión, entre otros muchos más caracteres.  Por consiguiente, el "enjambre inversor tecnológico", acapara un fenómeno sustancial, en el cual, un grupo diverso de personas, en muchas ocasiones no relacionados entre sí, contribuyen colectivamente con recursos, ideas y esfuerzos para invertir en tecnologías emergentes. Estos inversionistas pueden ser personas físicas, fondos de inversión, firmas de capital de riesgo, incluso corporaciones que buscan diversificar su cartera, o participar en el crecimiento de empresas innovadoras.

En las actuales circunstancias, los inversores pueden clasificarse en diferentes tipos según diversos criterios, como pueden ser: por su aversión al riesgo; por el sujeto de la inversión y del sujeto inversor; por el objetivo de la inversión; por su nivel de experiencia; por su forma de operar y, por su tolerancia al riesgo.

Empezando en función de su aversión al riesgo, los inversores asumen su preferencia por la rentabilidad fija o variable. Se pueden clasificar en diferentes tipos, desde los inversores más conservadores a los más agresivos.

Los inversores con perfil conservador, son aquellos que prefieren minimizar el riesgo en sus inversiones. Generalmente, optan por productos financieros que ofrecen una renta fija y son menos volátiles, como bonos del gobierno o depósitos a plazo fijo. Estos inversores tienden a centrarse en la preservación del capital y buscan obtener un retorno estable y predecible, aunque potencialmente más bajo en comparación con inversiones más arriesgadas. Su horizonte de inversión suele ser a largo plazo, enfocándose en el crecimiento gradual y seguro de su patrimonio.

Los inversores con perfil moderado, asumen un nivel moderado de riesgo en sus inversiones, buscando un equilibrio entre seguridad y potencial de crecimiento. Suelen diversificar su cartera entre productos de renta fija y renta variable, asignando aproximadamente un 50% de su capital a cada tipo de inversión. Este enfoque les permite obtener rendimientos más sólidos que los inversores conservadores, aunque están dispuestos a tolerar cierto grado de volatilidad en el mercado. Su objetivo principal es lograr una rentabilidad sostenida que compense el riesgo asumido, manteniendo un horizonte de inversión a medio o largo plazo.

Los inversores con perfil agresivo, son aquellos que están dispuestos a asumir un alto nivel de riesgo en busca de mayores rendimientos. Suelen invertir hasta un 80% de su capital en activos de renta variable, como acciones de empresas emergentes o sectores volátiles. Este tipo de inversores están orientados hacia el crecimiento y la maximización de ganancias, incluso si eso significa enfrentar una mayor posibilidad de pérdida. Utilizan estrategias especulativas y buscan oportunidades de inversión con un potencial de retorno muy elevado, aunque también están conscientes de que pueden perder una parte o la totalidad de su inversión. Su horizonte de inversión suele ser a largo plazo, pero están dispuestos a ajustar su cartera de inversión según las condiciones del mercado.

En relación por el sujeto inversor: Se distingue entre, inversores minoristas, inversores institucionales e inversores profesionales.

Los primeros, son personas o entidades que realizan inversiones en el mercado financiero con sus propios fondos, pero no lo hace como su actividad principal o profesional. En otras palabras, son inversores individuales que invierten su dinero personal en productos financieros como acciones, bonos, fondos mutuos, ETFs u otros instrumentos disponibles en el mercado. Los inversores minoristas suelen tener menos experiencia y conocimientos especializados en comparación con los inversores institucionales, fondos de inversión, o bancos de inversión.

Los segundos, son entidades financieras o empresas que invierten grandes cantidades de capital en los mercados financieros en nombre de terceros, como fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos de inversión, bancos de inversión, fondos de cobertura, y otros inversores institucionales. Estas entidades gestionan el dinero de individuos, organizaciones o grupos, y suelen tener un enfoque más profesional y sofisticado en la gestión de inversiones. Los inversores institucionales suelen tener acceso a más recursos, información y herramientas de análisis que los inversores minoristas, y pueden tener objetivos de inversión más amplios y complejos, como la diversificación de cartera, la maximización de rendimientos o la cobertura de riesgos.

Y, los terceros, corresponden a personas, o entidades que realizan inversiones en el mercado financiero como su actividad principal o profesional. A diferencia de los inversores minoristas, los inversores profesionales pueden tener un mayor nivel de experiencia, conocimientos y recursos para llevar a cabo operaciones más sofisticadas y complejas en los mercados financieros. Esto incluye, traders, gestores de fondos de inversión, analistas financieros, asesores de inversión, y otros profesionales del sector financiero. Los inversores profesionales suelen tener acceso a información privilegiada, herramientas de análisis avanzadas y redes de contactos que les permiten tomar decisiones de inversión informadas y gestionar eficazmente sus carteras. Además, pueden tener la capacidad de realizar operaciones con mayor volumen y liquidez en comparación con los inversores minoristas.

Continuando con la clasificación de  los diferentes tipos de inversores según diversos criterios, le toca el turno al  objetivo de la inversión, que se debe entender  por aquel propósito o meta que los inversores tienen al realizar una inversión en el mercado financiero.

Este objetivo puede variar ampliamente dependiendo de factores como el perfil de riesgo del inversor, su horizonte temporal, sus necesidades financieras y sus preferencias personales. Algunos ejemplos comunes del objetivo del inversor incluyen:

1.       Acumulación de capital: El inversor busca aumentar su patrimonio a lo largo del tiempo mediante la apreciación del valor de sus inversiones.

2.       Generación de ingresos: El inversor busca obtener ingresos regulares de sus inversiones, ya sea a través de dividendos, intereses u otras formas de distribución de ganancias.

3.       Diversificación de cartera: El inversor busca reducir el riesgo al distribuir su capital entre diferentes clases de activos o instrumentos financieros.

4.       Protección contra la inflación: El inversor busca preservar el valor real de su capital frente al impacto de la inflación a lo largo del tiempo.

5.       Planificación de la jubilación: El inversor busca acumular suficientes activos financieros para garantizar un retiro cómodo y seguro en el futuro.

6.       Ahorro para metas específicas: El inversor tiene objetivos financieros específicos, como la compra de una casa, la educación de los hijos o un viaje, y realiza inversiones con el fin de alcanzar esas metas.

Este enjambre de inversores, imponen una nueva política económica global, para seguir dominando los mercados, un claro ejemplo, lo tenemos en -el área de la movilidad urbana- con sibilinas aperturas en las normas sectoriales, necesarias para facilitar la entrada a las Plataformas (StartUp). Por tanto, no existe política ni políticos que puedan frenar el nuevo orden económico establecido en la era digital, porque ellos, son actores secundarios del nuevo sistema capitalista, se llame el partido político como se llame. Continuará.

Cita: El pensamiento condiciona la acción, la acción determina el comportamiento, el comportamiento repetido crea hábitos, el hábito estructura el carácter y, el carácter marca el destino. Aristóteles. (Octogésima primera entrega 24 de agosto de 2024)