martes, 24 de junio de 2025

Art 346 - El Poder de las grandes potencias IV

 

Núm. 346 julio 2025 - La Gaceta del Taxi

 

346 - El Poder de las grandes potencias IV

 

LAS MAYORES GESTORAS DE FONDOS DEL MUNDO

BLACKROCK Y VANGUARD ASSET MANAGEMENT

¿los verdaderos dueños del mundo?

He hablado mucho de las potencias mundiales y su capacidad para transformar el Orden Internacional en contextos geopolítico. Actualmente se puede observar cómo se están utilizando herramientas bélicas para ejecutar invasiones territoriales, o cómo mediante estrategias diplomáticas, se libran guerra comerciales y arancelarias que suponen un severo desafío para los gobiernos.

Si embargo, en la actualidad, más allá de los conflictos armados o las tensiones diplomáticas, existe un poder silencioso pero abrumador, coexiste un conjunto de actores que, aunque menos visibles, tienen una influencia aún más significativa en el nuevo Orden Internacional: las grandes gestoras de fondos de inversión  que se les considera «dueños del mundo» porque realmente son dueños a nivel financiero. Estas entidades, con participaciones en todos los sectores y mercados, gestionan activos por valor de billones de dólares, otorgándoles una capacidad de influencia que supera incluso la de algunos gobiernos.  Tienen participaciones en casi todas las multinacionales y empresas clave del planeta, controlan del 75% al 90% del mercado sector tras sector: tecnología, telecomunicaciones, energía, banca, medios, vivienda, transporte, sanidad, farmacéuticas, líneas aéreas, prensa, etc. Su influencia no se limita a lo financiero; también inciden en políticas públicas, regulaciones y decisiones estratégicas a nivel global. El economista independiente y premio Nobel Joseph Stiglitz, argumenta en su libro que “conforme sube el poder de mercado de los mastodontes corporativos, aumenta también la capacidad para influir en un sistema político donde manda el dinero”.

A nivel mundial estás son las principales gestoras del mundo que gestionan un patrimonio de 128 billones de dólares. Por orden de menor a mayor; Capital Group (1931), la alemana Allianz Group (1830), la francesa Crédit Agricola, Goldman Sachs, J.P. Morgan AM, Morgan Stanley (1935), State Street Gobal Advisors (1978), la suiza UBS Group (2023), Fideklity Investments, Vanguard Asset Management (1976), BlackRock.

Periódico digital Expansión 24-09-2024 con el titular: BlackRock, Vanguard, Capital Group y Fidelity controlan 90.000 millones en el Ibex- (el mayor accionista del IBEX 35)

Estas grandes corporaciones financieras, denominadas “tiburones de los mercados” o “ciber colosos”, han absorbido gran parte del tejido empresarial erosionando el mercado competitivo. En los entresijos de este variopinto enjambre inversor, representan los pilares de la nueva economía global, invierten, diversifican riesgos bajo criterios propios, alejados del control democrático y, en muchos casos, sin una regulación efectiva. Su poder no reside únicamente en el capital que mueven, sino también en su presencia dentro de los consejos de administración de todas aquellas grandes empresas de todos los sectores.

Al controlar empresas clave de sectores estratégicos, estas entidades poseen un poder que muchos gobiernos no alcanzan. Su influencia se extiende a políticas públicas, estrategias corporativas, regulación financiera e incluso a la toma de decisiones gubernamentales.

Por consiguiente, se entiende que, las megacorporaciones inversoras de fondos, tienen una influencia enorme sobre las Bolsas económicas y de valores del mundo. Su peso es tan grande que pueden mover los mercados y afectar los precios de las acciones a nivel global y todo porque son los principales accionistas de las multinacionales, de grupos empresariales y, de empresas más pequeñas. La mayoría de empresas que conocemos pertenecen a los mismos grupos empresariales y que al invertir o controlar estos grupos de forma indirecta, también controlan las otras. Así, se hacen con casi todo el mercado en todos los sectores, llegando a todas las empresas, por lo tanto, tienen un impacto a nivel global muy grande. A medida que estas conexiones se fortalecen, se genera un círculo donde unas pocas entidades tienen un control significativo sobre los mercados globales, lo que plantea debates sobre monopolio y regulación.

Este fenómeno ha generado una centralización del poder económico sin precedentes, dando lugar a un neocapitalismo en el que la riqueza y el poder se concentran en pocas manos. Aunque estas inversiones fomentan el crecimiento económico, los beneficios no se distribuyen equitativamente, lo que ha contribuido al aumento de la desigualdad, al deterioro del Estado de bienestar, al aumento del precio de las viviendas y, a la intermediación del transporte urbano.

BlackRock, posee el 88% de las acciones de las quinientas mayores empresas estadounidenses, presenta el ejemplo más claro de este poder concentrado. Tiene acciones en empresas como Apple, Microsoft, Amazon, Coca Cola, Pfizer, JP Morgan, Uber o McDonald’s. No solo influyen en sus decisiones estratégicas, sino que también disponen de herramientas tecnológicas avanzadas como Aladdín, (software para la gestión de carteras) plataforma de inteligencia artificial (BGF Next Generation Technology Fund) capaz de analizar riesgos, anticipar crisis y tomar decisiones de inversión en cuestión de segundos. Esto les permite operar con una ventaja estructural frente a otros actores del mercado, incluyendo los gobiernos y los pequeños inversores. El impacto de estas decisiones es inmediato: si un fondo invierte en un sector, las acciones suben; si retira capital, el mercado cae. Así de simple. La inestabilidad financiera generada por esta concentración de poder es, por tanto, un riesgo real y creciente para las economías nacionales.

Tengo que recordar que, en el año 2008, todo estaba preparado para una nueva generación de negocios en Internet que, rompería la frontera entre el mundo digital y el mundo físico. La economía colaborativa consistió en una nueva oleada de compañías de Internet que construyeron sitios web y aplicaciones móviles (plataformas de Internet) para facilitar las transacciones realizadas en el “mundo real”, como compartir viajes o hacer recados, sufriendo una mutación que se realiza dentro de un contexto totalmente diferente cuya etiqueta se cambia una vez que se han introducido en los mercados económicos. De hecho, la economía global puede ser el mayor truco de ilusión que se haya hecho a los ojos de la gente de todo el mundo. Para entender lo que realmente está sucediendo, vean el documental de Tim Gielen de una hora de duración, "MONOPOLY: Quien es el dueño del mundo?".

La BBC en una entrevista efectuada a Garlotte Slaiman, directora de Política de Competencia en la organización estadounidense Public Knowledge (conocimiento público), comento que la gente en todo el mundo, está dándose cada vez más cuenta de que el poder de estas grandes compañías está causando muchos y diversos problemas, donde muchos gobierno en la actualidad,  piensan que no juegan limpio, que la idea que vendieron en un primer momento del boom tecnológico,  fue que debían permitir que la innovación evolucionara libremente,  sin ataduras legislativas y menos aún regulatorias,  sin embargo,  este crecimiento de poder y la equidad económica con prácticas monopolísticas, trato desfavorable a los productos de la competencia a través de las plataformas digitales, uso abusivo de los datos de los cliente y adquisición o eliminación de todas las pequeñas empresas con potencial de amenazar su hegemonía (BBC Mundo 18 de noviembre 2020), los gobiernos han empezado a entender la gran capacidad de presión que ejercen en las legislaciones para favorecer sus intereses.  Ante esta situación, intentan poner límites al poder en la posición de las grandes empresas inversoras y tecnológicas, que se han vuelto dominantes en la era del capitalismo digital.

Por tanto, el discurso de la innovación sin regulación que predominó con el auge tecnológico ha demostrado ser ingenuo. Hoy, Los gobiernos comprenden que el crecimiento exponencial de estas corporaciones y sus prácticas monopolísticas deben ser limitados. La Unión Europea ha comenzado a legislar en este sentido (Ley de Servicios Digitales y Ley de Mercados Digitales), aunque para muchos observadores - y para quién escribe- estas medidas llegan tarde. En países como España, la regulación ha sido ambigua o insuficiente, dejando espacios para interpretaciones que favorecen a estas mega corporaciones actuar como si no pasase nada. Los Tribunales han sido quienes han puesto el acento en diferentes sentencias para que los gobiernos, “central y autonómicos” garantizasen la seguridad jurídica. Sin embargo, las consecuencias han sido devastadoras en sectores como el transporte urbano (por ejemplo, el taxi) o, el inmobiliario.

 

 

Resumiendo, las principales gestoras de inversión del mundo -BlackRock, Vanguard, Fidelity, Allianz, JP Morgan, entre otras- manejan un patrimonio superior a los 128 billones de dólares. Estas entidades no solo manejan dinero; manejan influencia, acceso y poder. Sus ejecutivos participan en foros económicos globales, universidades, think tanks y gobiernos. Sus vínculos con organismos como bancos centrales o ministerios de Hacienda, evidencian su capacidad para moldear las reglas del juego. Este poder económico se traduce en un control silencioso pero efectivo sobre las decisiones que afectan nuestra vida diaria: desde el precio de la vivienda, la sanidad residencia geriátricas, el transporte, hasta las políticas energéticas o el acceso a servicios digitales, etc. Pero la pregunta lógica es ¿hay sitio en el mercado para tanto gigante?

Ante este panorama, es fundamental que la ciudadanía europea y las instituciones comprendan la magnitud de este poder y, que se promueva una regulación seria y global que recupere el equilibrio entre mercado y democracia. De lo contrario, correremos el riesgo de vivir en un mundo donde el poder ya no resida en los parlamentos, sino en los despachos de los grandes fondos de inversión.

Cita: El capitalismo solo es posible gracias a la división entre lo económico y lo político, lo que hace que sea fundamentalmente antidemocrático, por tanto, los gigantes financieros y tecnológicos que están profundamente entrelazados, seguirán marcando el futuro de la economía global en detrimento de la democracia. Manu Sánchez. (Nonagésima entrega 24 de junio de 2025) - 1565