Núm.
344 abril 2025 - La Gaceta del Taxi
El nuevo
Orden Económico Global y su impacto en los mercados tradicionales
En el artículo
anterior, analizamos como las potencias mundiales ejercen su poder de diversas
maneras, para modelar la economía global y redefinir el Orden Internacional
en función de sus propios intereses. Este fenómeno no es casualidad, sino el
resultado de un complejo entramado de estrategias políticas, económicas y, de
inversiones masivas de corporaciones financieras y tecnológicas que han
adquirido un papel protagónico en la configuración del mundo moderno. Es decir,
comprobaremos como las corporaciones tecnológicas están estrechamente
ligadas con las corporaciones financieras de fondos de inversión. Sin embargo, más allá de los debates geopolíticos,
toda esta estrecha corporación y todos estos cambios, también afectan
directamente a sectores específicos, incluido el sector del taxi, que como bien
sabemos está dentro de la movilidad urbana, (un área de mucho interés).
El poder de las grandes economías, término que se aplica a Estados con una influencia decisiva en la
economía y la política mundial,
no solo radica en su Producto Interior Bruto (PIB) o, en sus reservas
monetarias, sino en su capacidad para monopolizar sectores estratégicos a través de la innovación, la
inversión de capital y la digitalización de servicios. Es en este contexto,
donde las tecnológicas conocidas como Big Tech o "unicornios", han
adquirido un rol determinante. Estas empresas, impulsadas por gigantes del capital de riesgo y los principales fondos de inversión, están redefiniendo industrias
enteras, desde la banca hasta la movilidad.
Una de las principales potencia financiera y tecnológica
global es, Estados Unidos, que sigue siendo la mayor economía del mundo,
representando más del 25% del PIB global con más de 30,4 billones de
dólares. Su moneda, el dólar, sigue manteniendo la principal reserva de
valor internacional y un instrumento clave para influir en el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
En el ámbito bursátil, Wall Street domina con el NYSE y el NASDAQ, donde cotizan las cinco mayores
tecnológicas: Google (Alphabet), Apple, Facebook (Meta), Amazon y Microsoft. Estas grandes empresas de alta
tecnología, no solo concentran la mayor capitalización del mercado, sino que
son fundamentales en el desarrollo de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, comercio electrónico, electrónica, informática, telecomunicaciones, biotecnología y computación en la nube.
El desarrollo de estos unicornios tecnológicos ha sido posible gracias a gigantes
del capital de inversión como BlackRock, Vanguard, Goldman Sachs y Berkshire Hathaway, que poseen participaciones
estratégicas en estas empresas y otros StartUps en crecimiento. De
hecho, fondos de inversión como Sequoia Capital y SoftBank Vision Fund han impulsado plataformas disruptivas
como Uber y Airbnb, revolucionando el sector de la movilidad y el
turismo.
Pero más allá de la inversión, la clave del
éxito de las Big Tech radica en su dominio del Big
Data, algoritmos
y, minería
de datos, lo que les permite analizar el comportamiento
del consumidor con una precisión sin precedentes. Como señalaba en el año 2012 Marc Andreessen, cofundador de Netscape y uno de los inversionistas más influyentes
de Silicon Valley:
"El software se está comiendo el mundo, y ninguna
industria estará a salvo de esta transformación.". Una realidad que está poniendo en los mercados
tradicionales condiciones más duras y más difíciles de justificar. Un software
que se incorpora en las aplicaciones disruptivas, como esa herramienta que debe
combinar productividad, eficiencia, gestión, agilidad y, por supuesto,
rentabilidad a diferencia del software de los teléfonos móviles que utilizan un
sistema operativo, o, SO móvil dentro de un conjunto de programas
que permite la abstracción de las peculiaridades específicas del teléfono
móvil, que provee una integración de los servicios ofrecidos por las
aplicaciones disruptivas (StartUp) que se ejecutan sobre el teléfono.
La National Academy of Engineering,
bajo el lema “Moonshot
for management” (Corazón y
alma del mix), Invitó a un grupo de académicos “CEOs e inversores”
con la intención de debatir y profundizar los principios de la nueva gestión y liderazgo en las organizaciones empresariales para
adaptar las necesidades y retos que presenta la realidad cambiante del Siglo
XXI. El fin de todo esto, estaba muy claro, provocar el lanzamiento de todos
aquellos Startups nacientes en el Valle del Silicón Valley, que invadiesen todos los mercados y
sectores, desde el más grande al más pequeño.
Por
tanto, si las hoy llamadas Big Tech
necesitaron en su arranque inicial capital,
para expandirse, invertir en innovación y realizar adquisiciones
recurriendo a la emisión de acciones o bonos donde los principales compradores
suelen ser las megacorporaciones, fondos de inversión y bancos de
inversión. Estos grandes fondos a su vez, necesitan también utilizar cada
vez más de tecnología avanzada (software), como es la IA,
Big data y blockchain para optimizar sus operaciones, gestionar
riesgos y mejorar la rentabilidad. Además, las Big Tech debido a su
amplio alcance y capital, pueden construir plataformas para ofrecer servicios
financieros al público, una combinación de finanzas y
tecnología, creadoras de un nuevo formato financiero llamado fintech (acrónimo inglés de Finance and Technology). Un nuevo modelo de institución financiera que ha penetrado en
el mercado de la banca ofreciendo un servicio en formato digital parecido o
quizás distinto, como pagos digitales, préstamos online, gestión de
inversiones, seguros, etc. que están revolucionando y transformando el sector
financiero tradicional. Una gran preocupación que genera sobré todo, entre los
gobiernos, por sus supuestas prácticas monopolísticas.
Respecto a China, (el gigante asiático), no
se quiere quedar atrás en toda esta batalla de monopolización y, para ello, su
estrategia se basa en la expansión internacional silenciosa. China, la
segunda mayor economía del mundo, representa cerca del 20% del PIB global
(19,6 billones de dólares) y ha construido su hegemonía sobre la base de la
manufactura, la expansión internacional y el respaldo estatal a la innovación
tecnológica. En términos financieros, la Bolsa de Shanghái y la de Hong Kong son centros clave en Asia, con bancos
como ICBC y Bank of China financiando megaproyectos en África,
Latinoamérica y Asia. China también ha asegurado el acceso a recursos
estratégicos mediante inversiones en infraestructura a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta
(BRI).
A diferencia de los EE.UU., donde la inversión
privada domina el ecosistema de StartUps, China, ha logrado que sus
empresas tecnológicas prosperen mediante un modelo híbrido de subvenciones
gubernamentales, proteccionismo comercial y una fuerte inversión en I+D. Este
modelo ha dado lugar a gigantes como Alibaba (e-commerce y fintech) Tencent (videojuegos y RR.SS) Baidu, Huawei (redes 5G, smartphnes), ByteDance (TikTok, inteligencia artificial),
que compiten
directamente con las Big Tech estadounidenses y, en el apartado
de los vehículos eléctricos (BYD
y NIO)
se completa con las inversiones efectuadas por la empresa Geely
que son dueños de Volvo y con participaciones en Mercede-Benz. El conjunto de
todo ello, son lideres en innovación y producción, llevan meses lanzando
modelos de IA avanzados (DeepSeek)
que rivalizan o directamente superan a los americanos
Uno de los puntos más relevantes, es su
posición en la deuda estadounidense, siendo el segundo mayor tenedor
extranjero después de Japón, con más de 768.300 millones de dólares
en bonos del Tesoro de EE.UU. Esta situación otorga a China un poder de
negociación significativo en el tablero económico global. Continuará…
Cita: El que aprende, pero no piensa, está perdido. El que
piensa, pero no aprende está en un gran peligro. CONFUNCIO (Octogésima octava entrega 24 de marzo de 2025) (1301)